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En Japón, la akebia significa amistad y fidelidad, por lo que suele ser empleada para recubrir verjas de las puertas y entradas, como señal de saludo para los huéspedes. Así que no hay duda que a parte de embellecer un jardín y disfrutar de su majestuosidad, también representa toda una bienvenida llena de amor.
La akebia es una liana vigorosa, de hojas densas que crecen hasta los 12 m. Es trepadora y los tallos jóvenes son redondos, volviéndose marrones cuando son maduros. De crecimiento rápido puede ser invasora pudiendo crecer varios metros en temporada. Comprende dos especies muy semejantes A. lobata y A. quinata, cuya única diferencia consiste en la forma de las inflorescencias que son más grandes.
Cuidados de la Akebia
El terreno para el cultivo debe ser muy permeable, es decir, que no tiene que retener la humedad, pero tampoco demasiado árido. En cuanto a la exposición al sol debe ser a media sombra, al amparo del viento. En las regiones frías es aconsejable cubrirlas en invierno. Su reproducción no es muy fácil y siempre se realiza en abril por acodo.
En cuanto al riego no debe ser excesivo, pero si muy frecuente de modo que se conserve la tierra fresca. Un cubo de agua cada dos días en dosis es más que suficiente para esta bella planta.
Usos de la Aquebia
En los países de origen, además de ser motivo ornamental tiene otros usos. Gracias a sus flexibles y consistentes sarmientos se emplean para entretejer bonitas cestas. Mientras que las hojas de la especie A. quinata o trepadora chocolate (la más difundida) se utilizan para preparar una bebida de sabor muy agradable similar al de un té. Su fruto inusual, es una baya en forma de salchicha, de 5 a 15 cm de longitud.
Tiene una piel dura, incluso cuando madura en otoño. En su interior existe una capa de pulpa suave y pegajosa, de sabor dulce y dentro de ella hay un denso grupo de semillas negras que se retiran fácilmente.
Problemas con la Akebia
Las akebias son plantas que difícilmente enferman, sin embargo, están dispuestas a la cloriosis, es decir, a la pérdida de hierro o de azufre, lo que provoca la aparición de un follaje verde muy pálido y de consistencia frágil. Por tanto, se aconseja suministrar cada mes un producto antiplorótico, según la dosis indicada del fabricante.