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La Bergenia es un género compuesto por seis especies distintas, aunque solamente dos o tres son las más empleadas. La Bergenia es una planta originaria de Asia central, vivaz y resistente, de hojas hermosas brillantes y coriáceas, que a veces adopta colores rojizos y morados a principios de invierno.
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Se trata de una planta herbácea, perenne, de raíz gruesa, cuyas hojas son amplias y pueden llegar a medir entre 30-50 cm de diámetro, siendo enteras, ovaladas, simples. Las flores, que en casi todas las variedades abren a finales del invierno y principios de la primavera, de acuerdo los climas, forman inflorescencias tupidas en diferentes tonalidades de rosa. Estas, a modo de racimo, se encuentran en el extremo de un tallo vigoroso floral, que puede alcanzar entre los 15-30 cm de longitud.
Una de las especies de la Bergenia más frecuentemente empleada, es la Bergenia cordilofia, de origen siberiano. Esta presenta hojas carnosas, dentadas, con el borde ondulado. Es una planta robusta, que puede llegar a medir hasta medio metro de altura. Sus flores son de color rosa claro, casi pegadas a las hojas y en cimas densas, con los pétalos redondeados.
Cuidados culturales de la Bergenia
La Bergenia suele adaptarse a cualquier tipo de suelo, ya sean húmedos o turbosos, como calcáreos y secos. Prefiere la sombra o la semi-penumbra antes que el pleno sol. Junto a las azaleas, los helechos y los rodedendros.
Es una planta rústica, que no suele ser afectada por plagas o enfermedades y suele estar especialmente indicada para su plantación en macetones, jardineras, jardines interiores o para la decoración de patios, porque, como ya he comentado anteriormente, le gustan las situaciones abrigadas y tranquilas. La mejor época para la plantación de la Bergenia es a comienzos de otoño y finales del invierno.
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Propagación de la Bergenia
La manera más simple de incrementar la cantidad de Bergenias en tu jardín es a través de la división de matas. Esta operación debe efectuarse en otoño y para guardarla del frío en invierno, hay que cultivarla en maceta; su plantación posterior tiene que realizarse en primavera. También se puede multiplicar a través de semillas, siembra que se hará en invernaderos fríos. La multiplicación mediante siembra de semillas, hay que efectuarla en los meses de primavera, y bajo protección de cualquier tipo.
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