Cultivo salsifí

Características, cultivo y tipos de salsifí

El Salsifí (Tragopogon Porrifolius) también conocido como Salsfí blanco, Bardón, Ostra vegetal, Planta de ostra o Barba cabruna. Es una planta herbácea que pertenece a la familia de las compuestas. Es originaria de las regiones mediterráneas de Europa, la cual se usa como alimento gracias a su inigualable sabor de las raíces, o bien, como planta ornamental por la belleza de sus flores.

Cultivo salsifí

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Qué es el salsifí

El salsifí es un tubérculo de raíz comestible, cuya apariencia es parecida a la chirivía. La carne es blanca, cremosa, de piel gruesa y sabor similar a la alcachofa. Suele comerse hervido, en puré o como parte de un guiso o sopa.

Características del Salsifí

Especie de tallo erecto y sin ramificaciones, el cual puede llegar a medir unos 150 cm de altura. Aunque esto puede variar según la variedad que se trate.

La raíz es robusta, larga y cónica. Mientras que las hojas son caulinares, basales, de forma linear a lanceolada que puede medir 40 cm de longitud.

Esta planta puede llegar a florecer en el verano, pero en zonas más cálidas puede apreciarse su floración a mediados de la primavera. La flor es de 5 cm de diámetro y cada una está rodeada de brácteas verdes que son más largas que los pétalos. Es de color púrpura-rosado, hermafrodita y la polinización es mediante la intervención de insectos.

Cultivo del Salsifí

Salsifí

Planta de crecimiento lento que requiere de un sitio cálido y soleado para asegurar un buen desarrollo. Se recomienda sembrar dos semanas antes de la última helada en la primavera cuando el suelo ha alcanzado una temperatura de 4˚C. En regiones con inviernos templados, se puede sembrar a principios del otoño.

Lo ideal es sembrar las semillas a 1,30 cm de profundidad con un margen de separación de 7 cm entre planta y planta. El suelo deberá ser ligero, libre de piedras y con un buen drenaje. El suministro de arena gruesa puede ser excelente para mejorar la textura del terreno. El abono seco se recomienda para poder mejorar la fertilidad del suelo, pero no el fresco, ya que pudre la raíz.

En lo que respecta al riego, esta planta deberá mantenerse húmeda para evitar que las raíces se endurezcan. Incluso se aconseja regar hasta que la tierra quede fangosa para poder ayudar a la germinación. También se puede proceder al acolchado o mulching para reducir la frecuencia del riego y en el invierno evitar el congelamiento del suelo. El despunte podrá llevarse a cabo después de los 15 días de siembra.

El cultivo asociado del salsifí son las zanahorias y los puerros. Sin embargo, es mejor evitar la combinación con la patata y la alcachofa.

Dentro las plagas, aquella que podría dañar severamente esta planta es el pulgón. Así que un tratamiento con insecticida debe ayudar. Incluso el salsifí también es sensible a enfermedades como la podredumbre de las plántulas, la roya o el oídio. Para ello, lo ideal es un tratamiento antifúngico o cardo bordelés.

La cosecha deberá ser después de la primera helada en el otoño cuando ya han alcanzando los 30 cm de largo. Para ello, tan solo habría que levantar la planta a mano o con azada para evitar romper las raíces. Además, no es conveniente que la planta permanezca en el jardín después de que las temperaturas suban de lo 29˚C, ya que las raíces pueden estar muy fibrosas.

Las hojas del salsifí pueden ser recolectadas en cualquier momento en la primavera, se comen crudas en ensaladas, fritas o en guisados. Las raíces pueden almacenarse en un lugar fresco con arena ligeramente húmeda.

Tipos de salsifí

Salsifí negro

Variedad blanca. La variedad blanca es considerada como el salsifí verdadero. Es originario del Mediterráneo oriental y fue cultivado por primera vez en Francia e Italia. Fue llevado a América del norte en el siglo XVIII y, de ahí alcanzó popularidad en algunas partes del país.

Variedad negra. La variedad negra se cultivó más tarde que la blanca y es nativo de la región más amplia de Europa y Asia. Donde se cultivó por primera vez fue en España y se le conoce como salsifí español. Es la variedad preferida para la cocina, ya que es más carnosa y menos fibrosa con un sabor a nuez.

Beneficios

  • Mejora la digestión. Este tubérculo cuenta con una combinación de fibra dietética soluble e insobluble, lo que ayuda a estimular los movimientos intestinales de manera regular a la vez que evita el estreñimiento.
  • Regula la presión sanguínea. Debido a su contenido de minerales (calcio y potasio) el salsifí puede ayudar a regular la presión arterial.
  • Fortalece el sistema inmune. Esta planta es rica en vitamina C, lo que genera un impacto positivo en el sistema inmunológico.
  • Previene la formación de células cancerígenas. El salsifí cuenta con compuestos antioxidantes que ayudan a neutralizar la acción cancerígena e interviene en la prevención de algunos cánceres.
  • Impulsa la salud cerebral. La vitamina A con la que cuenta mejora la conducción de señales en los neurotransmisores del cerebro, lo que ayuda a una función cerebral sana.
  • Bueno para los huesos. El cobre, el calcio y el magnesio que se encuentra en esta raíz favorece en el mantenimiento del tejido óseo. Incluso una ingesta constante ayuda a prevenir la osteoporosis.
  • Mejora la apariencia del cabello y piel. Ciertos nutrientes con los que cuenta esta hortaliza ayudan a combatir los signos del envejecimiento y mantiene una piel saludable. Por si fuera poco, los niveles de hierro promueven el crecimiento regular del cabello.

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