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El tomate (Solanum lycopersicum y Lycopersicon esculentum) es una solanácea rastrera que produce flores amarillas y frutos diversos en tamaño y forma, generalmente rojos, aunque los hay de tonalidades amarillas, rosadas y verdes.
Aunque el tomate llegó como planta ornamental cuando lo trajeron de América los conquistadores españoles en el siglo XVI, no empezó a consumirse de forma habitual hasta casi dos siglos después.
Cuentan que su color, rojo sangre, fue el responsable de que en Europa se resistieran a su consumo. De hecho, las variedades amarillas fueron las primeras en formar parte de nuestra dieta (por algo en Italia el tomate se llama pomodoro). Sin embargo, enseguida se convirtió en el rey de la mesa y del huerto.
Por lo que el cultivo del tomate es una labor extendida en todo el mundo. De hecho, es una de las plantas más conocidas. Al tener tanto protagonismo, valdría conocer a fondo sus cuidados para aplicarlos e iniciar con tan loable labor.
Siembra del tomate paso a paso
De cara al cultivo, la clasificación se reduce a dos tipos: determinadas o de crecimiento limitado, e indeterminadas. Se cultiva a partir de semillas o de planteles (o plantones), y en ambos casos, da buenos resultados. Por ello vamos a conocer su proceso.
Plántulas o semillas. Debido a que los tomates no crecen hasta que la temperatura sea de 10˚ constantemente, muchos consideran mejor las plántulas. La semilla del tomate puede iniciarse a las 6 u 8 semanas antes de la fecha de la última helada. Así que se deben plantarse las semillas a unos 2 centímetros de profundidad en macetas pequeñas y mantener la humedad de las semillas.
Al tener la germinación de las semillas, es preciso ponerlas en un lugar que reciban una buena cantidad de sol. Al crecer de un tamaño adecuado, se debe transplantar a macetas más grandes y colocar por períodos cortos para que se vayan aclimatando. Si se opta por las plántulas, se deben elegir aquellas que no tengan hojas amarillas o motas en las hojas. No todas las variedades crecen bien en todas las áreas del país, por lo que se debe tener la adecuada.
Determinados, indeterminados o ambos. Los tomates determinados son las vides que crecen hasta cierto punto y se detienen, siendo compactas y tupidas. Maduran muy tempranamente y son buenos para macetas así como espacios reducidos. Los tomates indeterminados tienen más vides que se extienden y requieren ser replantados. Producen frutos adelante de la temporada.
El suelo es fundamental, el cual debe recibir de 6 a 8 horas de sol. Los tomates necesitan de un suelo preparado para un cultivo productivo. El pH de los tomates es de 6,0 a 6,8 que es un suelo ligeramente ácido. Así que antes de plantar se debe remover el suelo (unos 10 centímetros de profundidad) y realizar una zanja de 6 centímetros de profundidad. Luego poner una capa fina de abono orgánico o producto químico en la parte inferior de la zanja. Además de fertilizantes 5-10-10. Es decir, referente al peso de nitrógeno, potasio y fósforo.
Ahora cubrir el abono con tierra para que las plantas no toquen el abono. Ahora que si la plantación de tomates es en maceta, se necesita un recipiente que sea con una profundidad de 15 centímetros.
A continuación, se coloca la plántula de tomate a unos 3 o 4 centímetros de profundidad en el suelo y una distancia entre ellas de 20 centímetros.
Para las plantas indeterminadas, es necesario poner una estaca junto a la planta y a medida que va creciendo usar un cordel para poder atarla a la estaca. El riego debe ser moderado y constante. Por ello lo mejor es hacerlo en las mañanas muy temprano. Poniendo especial atención en los períodos de sequía.
La mejor época para sembrar tomates es en la primavera. Así que en países como Chile, Argentina o Uruguay la mejor época es en septiembre y octubre. Mientras que en España los meses más idóneos son marzo, abril y mayo.
Cuidados generales de la hortaliza
La tomatera es una hermosa y compleja especie que con paciencia y cuidados correctos podrá ser agradecida con su cosecha. Por lo que bastará repasar sus necesidades para que prospere enormemente.
Sol. Para cultivar correctamente los tomates, es importante escoger un lugar soleado que reciba al menos unas 7 horas de luz solar diaria. Por lo que se recomienda plantar tomates al comienzo de la primavera.
Sustrato. La tierra que se usa al cultivar los tomates es primordial. En este sentido, es preciso considerar que los tomates necesitan compost orgánico para un aporte considerable de nutrientes.
Entutorado. Los tutores deberán ser de 1 ½ m de altura que se instalan al lado de cada planta. Unos 15 o 20 días después del transplante, habría que sujetar cada tomatera a su tutor, siempre por debajo de cada rama floral. Este procedimiento es necesario, ya que las tomateras pueden llegar a crecer más de 2 m, que sin tutor no soportaran y no podrán crecer. Además, al guiar la planta en altura se alejan las hojas del suelo impidiendo que la humedad del sustrato tras el riego facilite la proliferación de hongos.
Hábito de crecimiento, los tomates se clasifican en determinados, cuyos brotes terminan siempre en flor e indeterminados, donde los ápices de los tallos producen siempre un brote vegetativo sin flor que les permite crecer continuamente. Los primeros se cultivan normalmente en forma de mata baja, sin podar, mientras que los segundos se suelen entutorar
Riego. Es una de las tareas más importantes en el cuidado de los tomates. En zonas húmedas, la planta requiere humedad constante, pero no en gran cantidad. Mientras que en lugares secos, habría que humedecer la tierra para que las raíces busquen agua. En cualquier caso, un buen drenaje es lo ideal, ya que el exceso de humedad estropea la planta. Además, habría que regar a primera o última hora del día.
Poda. Es conveniente llevarla a cabo entre mayo y julio. Siempre hay que realizar podas sucesivas, cortando por encima de las ramas florales. Cabe señalar que no es necesario podar variedades de porte definido, es decir, aquellas que tienen crecimiento limitado.
El secreto del cultivo del tomate es su poda. La planta forma brotes nuevos en las axilas entre la hoja y el tallo. Si dejamos que crezcan, se formará una maraña de ramas, la planta perderá mucha fuerza y no se formarán bien las flores y los frutos
Recolección. Suele realizarse desde julio hasta agosto, en función del grado de madurez del tomate. Esto es según el color y consistencia.
Las mejores variedades de tomate para cultivar en casa
El tomate es una hortaliza tan apreciada en todo el mundo que hoy existen literalmente miles de cultivares de distintos colores, formas y tamaños. Además de las variedades adaptadas a las características climáticas de cada comarca, el surtido de semillas y planteles para todos los gustos y necesidades es amplísimo, una verdadera colección con distintas cualidades para diferentes usos.
He aquí las mejores versiones de tomate.
- Tomate cherry. Pequeño, rojo y del tamaño de una cereza, el tomate cherry es hoy uno de los más populares. Por su textura crujiente y su sabor dulce resulta muy rico en ensaladas e incluso solo. Su reducido tamaño en comparación con otras variedades y su crecimiento determinado permite cultivarlo fácilmente en una maceta. Sus pequeños frutos resultan además muy decorativos. En las regiones del sur de España puede seguir dando frutos hasta diciembre.
- Tomate Roma. Es el más adecuado para hacer conservas, rayar y freír. Sus frutos, de pequeño tamaño (entre 100 y 170 gramos), pocas semillas, pulpa carnosa y consistente. Son muy reconocibles por su forma de pera. Es un tomate tardío, fácil de cultivar y de abundante producción. También resulta muy apropiado para elaborar gazpacho y salmorejo.
- Tomate Raf. Son dulces, carnosos y de color verdoso. Son cotizados para consumo en crudo. Su nombre alude a su resistencia al hongo Fusarium. Crece mejor en condiciones de alta salinidad en el agua.
- Tomate Corazón de buey – corazón de toro. Es grande y por lo regular se utiliza para ensaladas, ya que tiene una piel fina y es muy carnoso.
- Tomate Kumato. Tiene un color que varía de rojo oscuro a dorado, de un sabor peculiar dulce e intenso. Es fruto de la investigación y de mezclar de diferentes variedades de tomate.
- Tomate Meltine. Es grande, redondo y carnoso. Llama la atención porque resiste aguas con alta concentración salina.
- Tomate Monserrat. Se caracteriza porque tiene poca pulpa y semillas. Además, son piezas grandes y están como aplastadas. Tiene un sabor dulce.
- Tomate Sonatine. Variedad de producción precoz. Son frutos redondos que resisten bien a temperaturas bajas y días cortos.
- Tomate Vergel. De origen canario. Es liso y no tiene cuello. Proporciona un calibre uniforme y de gran calidad.
- Tomate Moruno. Es dulce, pero tiene la acidez justa. Es uno de los favoritos, ya que es muy carnoso y jugoso. De piel fina y pocas semillas.
- Tomate Muchamiel. Es una variedad típica de la zona de Alicante, aunque su cultivo se está abandonando. Su sabor es suave y de textura agradable..
- Tomate Esquena Verd. Es una variedad tradicional de tomate que debe su nombre a que mantiene el cuello verde cuando el fruto ya está maduro. Se utiliza para consumir fresco en ensalada y también para rellenar. Tiene un tamaño medio (unos 200 g) y es de buena conservación.
- Tomate Andine Cornue. Es una curiosa variedad de frutos pequeños (100 g) y alargados en forma de pimiento y coloración roja intensa. Son digestivos y perfumados. Es una tomatera rústica y de comportamiento precoz.
- Tomate Marglobe. De mata alta (1,50-1,70 metros) y gran rendimiento, la variedad Marglobe da tomates medianos (150-175 gramos), redondeados, lisos y de un rojo brillante. Su piel es fina y la pulpa jugosa. Puede sembrarse en invernadero en diciembre. Es de precocidad media y buena productividad.
Injerto de tomates y su proceso
La horticultura intensiva tiene como característica principal, la obtención de altos rendimientos para lograr mejores cosechas sin caer en problemas de infestación de suelos con hongos, plagas o bacterias.
Todos sabemos que la mayoría de las solanáceas (plantas como el tomate) son muy propensas a lo que se suele llamar tristeza, apagado o marchitamiento de la planta. Las enfermedades que destrozan los tomates técnicamente hablando son marchitez por Fusarium, por Verticillium, o bien marchitez bacteriana, pudrición de la corona y de la raíz, nemátodos en las raíces y virus del Mosaico del Tabaco.
La solución la tenemos en los injertos, una técnica sencilla y eficaz, sobre un porta injerto de tomate silvestre, por ejemplo Lycopersicum hirsitum, procedemos por aproximación a injertar una variedad de tomate más productiva, cualquier tomate local, híbridos, etcétera. Con ello conseguiremos evitar la mayoría de enfermedades a las que hemos hecho objeto, a la vez que aumenta la productividad, tanto en cantidad como en calidad y, por ultimo, alargar la época de producción o conseguir tomates durante más tiempo.
Otra de las ventajas de un porta injerto duro, este utiliza mejor los nutrientes del suelo, es capaz de aprovechar mejor el agua, luchar contra diferentes tipos de estrés puntuales y ahorrar dinero en fungicidas.
Control de la plaga de tomate
Si hablamos de plagas, la tuta absoluta suele hacer daños graves y en cierto casos irreversibles, por lo que vale la pena conocer más sobre ella para acabar cuanto antes. La tuta absoluta es una nueva plaga del tomate que apareció en la Región de Murcia a principios del 2007, cuyas consecuencias pueden ser graves para el cultivo si no se maneja de forma adecuada, ya que puede afectar a otras solanáceas cultivadas como la berenjena y la patata.
Es una plaga originaria de Sudamérica, endémica en la mayoría de sus zonas productoras del tomate, donde presenta problemas fitopatológicos importantes. En las hojas las larvas hacen galerías similares a las del minador. En los frutos las larvas suelen penetrar cerca del pedúnculo.
Las medidas para poder controlar esta plaga es, eliminando las partes de la planta dañada por la tuta absoluta, así como los restos de cosechas para que no siga el ciclo de larvas. Después dejar que pasen al menos 4 semanas entre cultivos, arrancar el tomate y antes de sembrar, establecer rotaciones de cultivo sensibles y no sensibles al ataque de esta plaga.
Ahora bien, otro tipo de control es el biotécnico, es decir que se realiza desde el inicio del cultivo y para ello se requiere el uso del trampeo masivo. Este tipo de método habría que colocar de forma masiva, entre 20 a 40 trampas e incorporar aceite y feromonas. El seguimiento semanal junto con la observación van a determinar que prosigue para su erradicación.
Ahora que ya conoces la guía completa para el cultivo del tomate, no lo eches en saco roto y mantén tu plantación en perfectas condiciones. Pero si apenas eres nuevo en ello, apuesta por cultivos fáciles para iniciarte en la jardinería y tener un huerto espectacular.