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La Clemátide es un género conocido que cuenta con más de 250 especies. También se lo denomina “la reina de las plantas trepadoras”. Con sus vigorosas ramas y su despliegue exuberante de flores, como planta de jardín tiene muy bien merecido su nombre.
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La mayoría de las especies son trepadoras de ramas leñosas, algunas siempre verdes. Sorprendentemente, el Clematis no posee pétalos y, desde el punto de vista botánico, tiene sépalos; es decir, brotes muy parecidos a las hojas que forman un anillo exterior que bordea la flor.
Los frutos de algunas especies del Clematis son interesantes e incluso tan atractivos como las flores. Las hojas crecen de manera simétrica, una al lado de la otra a ambos lados de los tallos.
Cuidados de la Clemátide en primavera y verano
Planta tu Clemátide a comienzos de la primavera en una maceta con compost que permita un buen drenaje. Este debe estar formado por una medida de turba y dos medidas de arcilla, así como también otra medida de mantillo en descomposición y otra de tierra arenosa. También se beneficiará si incorporas un poco de estiércol.
Recuerda que tu planta precisa una tierra rica en greda. Cada año, si la planta ha llenado la maceta con raíces, tendrás que cambiarla a una más grande, hasta llegar a una definitiva de 45 cm de diámetro. La Clemátide precisa que, durante el verano, sus raíces se mantengan frescas. Por tanto, coloca la maceta de tal manera que las raíces se amparen en la sombra y las flores se expongan a la luz.
No olvides proporcionarle un soporte a las plantas jóvenes como las cañas de bambú, que queda muy bien y pueden utilizarse para dirigir las ramas hacia un enrejado en la pared. Asegúrate que durante la primavera y el verano el compost se conserve húmedo, especialmente en la época de floración. Cada tres semanas proporciónale un abono líquido hasta que la época de floración haya finalizado.
Cuidados de la Clemátide en otoño e invierno
Cuando haya terminado el período de floración, mantén el compost ligeramente húmedo. Las especies requieren poca poda, pero a los híbridos hay que dedicarles mayores cuidados. Para ayudar al crecimiento de brotes nuevos, corta la planta hasta unos 30 cm del suelo, a finales del invierno. En las regiones frías, realízalo un poco más tarde y así podrás retirar todas las partes dañadas por las heladas.
Cuando adquieras una Clemátide comprueba que no esté torcido, ni que las raíces sobresalgan en uno de los costados de la maceta, o bien por el agujero del drenaje.