Cuidados del crisantemo en interiores

Pese a su reducido periodo de floración otoñal, el crisantemo es ideal como complemento decorativo por su gran colorido. Sus flores, similares a las dalias, pueden ser diminutas, medianas o grandes dependiendo de la variedad. Continúa leyendo para conocer sus cuidados.

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Existen diversas especies y variedades de porte bajo que pueden cultivarse en interiores. Algunos de los crisantemos que se comercializan son tratados con sustancias químicas para disminuir su tamaño. Cultivados en ambientes luminosos son capaces de florecer en otoño, pero pueden llegar a alcanzar alturas mayores a las deseadas. Si deseas lograr plantas bajas sin que su floración se vea perjudicada habrá que modificar los tiempos de claridad y oscuridad.

Los crisantemos florecen cuando los periodos de oscuridad se extienden por 12 horas durante 3 semanas. De esta manera, si acortas el período de crecimiento modificando el tiempo de claridad, florecerán plantas de bajo porte y la floración se anticipará en algunas semanas.

Cómo cuidar el crisantemo en interiores

  • Ubica el crisantemo en sitios de intensa luminosidad para que la floración se produzca sin ningún tipo de problemas.
  • Efectúa el riego día por medio sin mojar el follaje.
  • Corta las flores secas periódicamente.
  • A principios de la primavera deberás realizar el cambio de sustrato; transcurridos 15 días fertiliza con 2 gramos de fertilizante granulado compuesto por npk (nitrógeno, potasio y fósforo).

El crisantemo crece sin ninguna dificultad en cualquier tipo de suelo que no llegue a anegarse; pero el drenaje debe ser óptimo. Los mejores cultivos suelen obtenerse en suelos con buen contenido de materia orgánica; para ello, antes de que comience la plantación, incorpora resaca de río y turba en partes iguales hasta lograr un suelo suelto.

Plagas y enfermedades comunes del crisantemo

Manchas pequeñas de color óxido rodeadas de una zona más clara en la parte inferior de la hoja.

  • Enfermedad: roya.
  • Control: pulverizaciones preventivas con fungicidas a base de carbamatos.

Flores manchadas y podredumbre grisácea

  • Enfermedad: podredumbre de los pimpollos.
  • Control: pulverizaciones con productos a base de benomil.

Insecto pequeño alado o no que suele agruparse en brotes, hojas y botones florales que segregan una sustancia pegajosa.

  • Plaga: pulgón o piojillo.
  • Control: pulverización con insecticidas a base de dimetoato.

Manchas amarillentas en las hojas ocasionadas por ataque de virus. Aún no se conocen métodos para erradicar este virus; por tanto, es necesario eliminar la planta afectada.

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