Las judías (Phaseolus vulgaris) también conocidas como frijoles, porotos o habichuelas. Son originarias de América central y Perú y, pertenecen a la familia de las leguminosas. Siendo una fuente de nutrientes esenciales para el organismo. Por lo que convendría saber cómo cultivarlas.
Cultivo de las judías
Siembra: para sembrar las judías debe estar en hileras de 60 cm de distancia con una separación de 20 cm entre las plantas. Además, es mejor plantar 3 semillas y cubrirlas con 3 cm de tierra o arena. Si se trata de una variedad de guisantes trepadoras, habrá que disponer las plantas en hileras y separar las varas unos 45 cm. Ahora si el cultivo es en maceta, se recomienda trasplantarla, ya que se puede detener el crecimiento.
Un indicio de que el proceso está avanzando es descubrir las primeras flores blancas que luego se convertirán en vainas.
La temperatura ideal es un clima húmedo que se reacia a las heladas y se desarrolla mejor cuando las temperaturas no superan los 30˚C, o bien, está por debajo de los 15˚C.
Riego: el riego es básico para el crecimiento óptimo. La medida exacta es regar dos veces por semana cuando las flores comienzan a abrir. De este modo, la planta está recibiendo lo necesario, evitando el encharcamiento.
Poda: las judías requieren de un proceso de deshojado, el cual consiste en eliminar las hojas más viejas cuando la planta está bien formada. Lo que minimiza el riesgo a sufrir enfermedades, incluso mejora la calidad de la planta y la ventilación de la misma.
Cosecha: al llegar el momento de la recolección, el cual sucede entre los 70 y los 90 días de iniciar la siembra, se realiza la cosecha. La cosecha se realiza cuando las vainas tienen unos 15 cm de largo.
Lo mejor al recolectar las vainas, es no hacerlo al mismo tiempo, sino más bien, cada 2 o 3 días. En el caso de las judías verdes, el momento ideal para la cosecha es cuando tienen unos 10 cm de largo.
Para mantener las plantas en buen estado, habrá que arrancar las partes aéreas de las mismas y dejar solo las raíces para poder favorecer el aporte de nitrógeno al suelo, ya que las judías pueden cultivarse todos los años en el mismo lugar.
Así que cultivar judías es una tarea que puede dar enormes satisfacciones y no resulta nada complicado ¿Te animas?