La anemona coronaria o anemona de jardín pertenece a la familia Ranunculáceas. Es originaria del hemisferio Norte (Siberia, Norteámerica, Oriente Medio, Europa y China). Es una planta herbácea perenne que se emplea con fines ornamentales, ya sea en el jardín o en maceta. Y esto se debe a sus flores de un aspecto similar a las amapolas, así como su gran facilidad para cultivarse y su resistencia contra las plagas.
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Paso a paso el cultivo de la anémona coronaria
Las anémonas coronarias se desarrollan en suelos arcillosos, bien drenados, ricos en humus y, sobre todo, con una buena exposición a la luz solar. Aunque pueden crecer muy bien en semisombra.
El método más común de cultivo para esta especie es mediante bulbos o rizomas, los cuales se pueden plantar durante la temporada del otoño en el suelo preparado y bien abonado a una profundidad de 5 cm y con 10 cm de separación entre sí.
Al momento de colocarlos en los agujeros es preciso verificar que las raíces estén planas, tapándolas con tierra, pero sin apretar demasiado. Una superficie muy compacta puede dificultar la penetración de la raíz en el sustrato.
Otro consejo para que mejore el crecimiento del área radicular de la anémona coronaria es dejar que los bulbos reposen en agua durante 24 horas antes del trabajo de plantación.
Después se debe regar la tierra de manera abundante y repetir cuando sea la época de floración. La cuota de agua debe ir minimizando a medida que la planta va secándose.
A pesar de que es una planta de rusticidad, puede sufrir efecto de las heladas, por lo que debe colocarse una cubierta protectora plástica durante el invierno para que no entre en contacto directo y pueda evitar alguna enfermedad por exceso de humedad.
Aunque es una planta resistente a enfermedades, puede ser susceptible a la roya, el mildu y la antractnosis, todas aquellas derivadas del accionar los distintos hongos que pueden afectar tanto la estética de la planta y pone en riesgo su existencia.
Ahora bien, para el caso del ataque del mildu o roya, se puede recurrir al uso de fungicidas basados en Zineb, compuesto organosulfurado muy efectivo contra este tipo de enfermedades.
Para proteger contra el ataque de antractnosis se recomienda el uso de caldo de bordelés o mezcla de burdeos. En todos los casos, lo mejor es eliminar aquellas partes afectadas de la anémona coronaria para evitar que se propague la enfermedad en tallos o se pueda trasladar a otras plantas.