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Si ya tienes la fortuna de tener un lindo jardín, pero quieres seguir cautivando a todo aquel que te rodea, entonces una gran opción son los cítricos. Es por ello que a continuación te muestro cómo es el cultivo de las mandarinas en maceta.
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Las mandarinas
Las mandarinas son originarias del sur de Asia, pero su consumo se ha extendido a todo el mundo.
Es un árbol que llega a medir 2 m de altura, de flores blancas que son similares a la flor de azahar que decoran y llenan de vida cualquier espacio verde.
Cultivo de las mandarinas en maceta
- Selecciona un tiesto o maceta de acuerdo a la variedad de mandarino que hayas elegido. Opta por contenedores con orificios en la base para un buen drenaje.
- Usa tierra rica en materia orgánica y rocas pequeñas en la base para que el drenaje sea el correcto.
- Es más, puedes mezclar la tierra con un poco de arena lavada para que tenga una mejor aireación.
- Coloca las semillas germinadas, o bien, trasplanta el árbol. Deberás cubrir las raíces y presionar un poco, siempre con precaución para no dañar la planta.
- Lleva la maceta cerca de la ventana donde pueda recibir los rayos del sol.
- Riega la planta cuando al tocarla la tierra este seca (aproximadamente 2 cm de profundidad). El riego debe ser moderado en el verano y minimizar en el invierno.
- Poda los retoños que crecen a lo largo del tronco, así como las ramas secas, muertas o dañadas en cualquier momento.
- Realiza un abono rico en zinc, hierro y magnesio para que le ayude a crecer vigorosa.
- La cosecha es entre septiembre y en enero en lo que respecta al hemisferio norte. Mientras que entre marzo y junio en el hemisferio sur.
- Aunque esto puede variar, dependiendo la variedad que has seleccionado. Además, las mandarinas deberán recolectarse con cuidado para evitar golpes que puedan dañarlas.
¿Qué te parece este paso a paso sobre el cultivo de las mandarinas en maceta? Fácil ¿no, crees?