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El cultivo de la rúcula en el huerto es muy fácil, siendo una planta muy dócil y de pocos cuidados. Por lo que con poco esfuerzo se puede lograr grandes resultados. Así que echa un vistazo al paso a paso.
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Cultivo de la rúcula
El cultivo de la rúcula al aire libre en un clima mediterráneo deberá iniciarse la siembra directa en la primavera, el verano y el otoño.
Siembra directa
Deberá sembrarse a golpes con 2 o 3 semillas en cada espacio, enterrándolas a un centímetro de profundidad.
El marco de siembra puede establecerse al realizar golpes separados de unos 15 a 20 cm entre plantas y unos 30 cm entre hileras.
Siembra en maceta
Si se cultiva en macetas o jardineras de huertos urbanos, habría que tener la precaución de ubicar los tiestos en lugares soleados y protegidos de fuertes vientos.
El tamaño del tiesto no debe ser muy alto, ya que el sistema radicular no es profundo.
Cuidados
El tipo de sustrato puede ser uno de plantación al que se le va a incorporar un 20% de tierra de campo y un 10% de arcilla o tierra arcillosa.
Durante el período de germinación el sustrato debe estar húmedo con una temperatura óptima del suelo superior a los 15˚C germinará sobre los 10 o los 14 días tras la siembra.
Una vez que germinada se eliminará las posibles hierbas que broten a su alrededor y mantener riegos regulares.
El abono deberá ser cada 15 días con un fertilizante equilibrado con microelementos con la dosis recomendada por el fabricante.
No usar fertilizantes con nitrógeno, ya que se debe mantener la turgencia para evitar problemas de enfermedades.
Otra labor a realizar es la remoción del terreno de forma periódica para poder facilitar la aireación del mismo.
La temperatura ideal es entre los 15 a 25˚C y la duración del cultivo (que comprende de la siembra hasta la recolección ) es de unos 4 meses.
La recolección es de forma manual con varios pases a lo largo de sus cultivos, según las necesidades.
Recomendaciones
Si la ubicación y los cuidados son los correctos, no habrá la presencia de plagas y enfermedades que puedan dañar la planta.
Pero de lo contrario, podría aparecer la plaga más habitual que es el pulgón. Dentro de las enfermedades más comunes está el oídio y la roya.
Como recomendación, si se cultiva en terreno, lo ideal es evitar asociar su cultivo con plantas de la misma especie como rábanos o nabos. Es mejor asociar su cultivo con lechugas, tomates, berenjenas o rábanos.