Contenido del artículo
Zamioculca (Zamioculcas zamiifolia), lignotubérculo, zamioculcas. Este se deriva por la semejanza de su follaje con el género Zamia. Pertenece a la familia Araceae y es originaria de unas de las regiones del contiene africano, específicamente de Tanzania, Zanzíbar, Kenia y Sudáfrica.
Quizás también te pueda interesar: Haworthia attenuata, planta de interior de gran valor
Características de la Zamioculca
Es una planta herbácea perenne que apenas alcanza el metro de altura. Es de crecimiento lento. La morfología del tallo parece como un alargamiento o engrosamiento en la base, esferoide, por lo regular leñoso, de color verde, esbelto, del cual salen hojas de forma alterna de entre 5 a 15 cm de longitud, son elípticas, gruesas y de un tono verde intenso y muy brillante. Las flores carecen de interés ornamental, son unisexuadas con espata muy parecida al del Anthurium. De color amarillo de 5 a 7 cm de longitud. La floración se produce en mayo hasta octubre. Los rizomas tienen el aspecto parecido al de un cerebro.
Cultivo de la Zamioculca
Puede soportar un buen tiempo sin agua, ya que la parte horizontal le permite almacenar suficientes reservas de líquido como para mantenerse viva por bastante tiempo.
Suele cultivarse a partir de pequeñas plántulas que pueden adquirirse en los lugares especializados. Cada una se trasplanta en la primavera a una maceta (dos veces más grande que el terrón).
El contenedor que debe albergar a la planta debe tener una base con una capa de material para facilitar el drenaje. Este puede ser bolitas de arcilla o cerámica, pedazos de cantos, grava, cortezas de pino o piedras rotas.
Después colocar el sustrato, que puede ser una mezcla de 50% de compost de hojas (previamente mezcladas con tierra de brezo y perlita) y el otro 50% de arena, o bien, si resulta complicado conseguir todo esto, el sustrato universal para macetas puede servir.
Es importante tener en cuenta que al momento de hacer el trasplante, debe hacerse con mucho cuidado para evitar dañar las raíces, lo que podría ponerla en peligro para su crecimiento.
Precisa de un riego regular para un óptimo crecimiento y, con ello, evitar que se pierda el follaje. Durante el invierno es conveniente detener las aplicaciones de agua.
Se puede ubicar en áreas bien iluminadas con temperaturas que van de los 10˚ a los 18˚C. Aunque no resiste las heladas. Es preciso cultivarla en un lugar luminoso, sin sol directo
Imágenes cortesía de : Rego Korosi, HerrWick