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El Cyrtomium es un helecho atractivo, muy fácil de cultivar en casa. Además, es muy apropiado para la decoración, dado que sus hojas de color verde oscuro, espigadas y distintas, son extremadamente interesantes. Puede tolerar condiciones favorables y permanecer preciosa y brillante, incluso en el invierno. Una de las especies más populares es el Cyrtomium falcatum que crece en ambientes que otras plantas no tolerarían.
De la misma manera que otros vegetales del grupo de los helechos, posee frondas, es decir, un nervio central del que salen cuantiosas hojas diminutas y puntiagudas. Las hojuelas son brillantes y de color verde oscuro.
Si bien es cierto que soporta cierto grado descuido, se desarrollará mucho mejor si la colocas en un lugar iluminado y le proporciones una temperatura cálida, bastante húmeda y no la riegas en exceso. Asimismo, se adapta perfectamente a la vida exterior, si los inviernos no son muy fríos.
Cuidados del Cyrtomium en primavera y verano
Si el Cyrtomium ha llenado la maceta de raíces, trasplántala en invierno-primavera. Usa un buen compost con base de turba y coloca algunas piedras en el fondo del recipiente para mejorar el drenaje. Mantén la planta a una temperatura de 13 °C como mínimo y rocíala con agua frecuentemente. Si hiciera demasiado calor, procura un sitio menos soleado, riega regularmente y rocía con agua para incrementar la humedad de la atmósfera.
Ten mucho cuidado de no regarla en exceso porque dañarías las raíces. Abona la planta semanalmente con un fertilizante líquido incorporado al agua durante la época de crecimiento.
Cuidados en otoño e invierno
Si tienes a tu Cyrtomium a temperaturas de entre 13 y 18 °C, continuará creciendo adecuadamente incluso en invierno. Si no fuera posible lograr una temperatura elevada, mantén la planta a un mínimo de 10 °C para que no pierda las hojas. Continúa regándola para conservar el compost húmedo y ampárala de las corrientes de aire frío y del frío general.
Propagación del Cyrtomium
Divide la planta madura en invierno y en primavera, extrayéndola de la maceta y separándola de manera tal que te queden dos mitades. Cada una de ellas tendrá que tener una raíz carnosa con 6 cm de otras más delgadas y tres o cuatro frondas.
Planta las dos partes en macetas rellenas con compost con base de turba húmedo, colocando las raíces por debajo de la superficie de aquel. Conserva las macetas en un sitio con luz abundante, pero filtrada; mantén el compost húmedo hasta que surjan los brotes nuevos y trátalas como como plantas adultas.
Imagen cortesía de The Lost World Nursery.