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El género Estranvesia se encuentra compuesto por 10 especies distintas de arbustos o árboles de pequeño desarrollo, todos de hoja perenne. Se trata de un género muy decorativo al que hay que agregar la persistencia de sus hojas, algunas de las cuales suelen adoptar un color rojizo en otoño. La floración primaveral y la posterior fructificación son abundantes y coloridas, dado que sus frutos toman un color rojo intenso.
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A pesar de todos sus factores positivos, es importante destacar que presenta una excesiva fragilidad ante los fríos invernales, cuando son sobre todo extremos. La Estranvesia cuenta con hojas perennes, simples, alternas, lanceoladas y dentadas. Sus flores son blancas y recuerda mucho a las del espino albar. Están reunidas en grandes corimbos, que se abren al final de la primavera, cuando llega el tiempo caluroso.
Las flores constan de un cáliz pequeño y persistente, con un tubo en forma de campana, y con cinco dientes cortos; tienen cinco pétalos sésiles con pelos en la base.
Cuidados culturales de la Estranvesia
La Estranvesia es una planta rústica que no precisa de grandes cuidados para transformarse en un arbusto de gran tamaño, dado que puede llegar a alcanzar hasta 5 m de altura. Requiere suelos profundos y fértiles, sin un gran contenido en cal y con excelente drenaje, dado que el exceso de agua no le sienta nada bien. En cuanto a la orientación, lo mejor serán las situaciones de pleno sol o de sombra parcial, nunca de una gran sombra permanente, dado que entonces será propensa a verse atacada por un hongo denominado Oídio; además, tanto la floración como la fructificación pueden verse reducidas.
No precisa poda; únicamente la supresión de las ramas indeseables, muertos o secas. Si invadiera lugares dedicados a otras plantas, puedes podar la Estranvesia, siempre y cuando, no sea muy drástica.
Propagación de la Estranvesia
Suele reproducirse a través del acodo, semillas o esquejes. También se usa el injerto sobre crataegus con cierta frecuencia. Los esquejes se hacen con tallos semileñosos, de 10 cm de largo, y se plantan en una mezcla de turba y arena a una temperatura de 18 °C. Una vez a enraizados, tendrás que trasplantar en macetas y guardarlas durante los meses invernales hasta el final de la primavera siguiente, en que se plantan en el vivero.