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La agricultura es una ciencia que requiere del conocimiento de cada especie de plantas que se quiere sembrar. Todos aquellos que han incursionado en este maravilloso mundo, ya sea desde el punto de vista industrial, pasatiempo o huerto, es necesario hacerlo con seriedad y conocimiento para poder obtener buenos resultados.
En este caso, las brasicáceas (Brassicaceae) o crucíferas (Cruciferae) son una especie infaltable con grandes ventajas, ya que se puede aprovechar como alimento fresco y orgánico.
Su cultivo también presenta beneficios para otros sembradíos como plaguicidas naturales y contienen muchas propiedades nutritivas y medicinales, así como especies ornamentales. Por ello, vayamos a conocer un poco más sobre la familia botánica de las crucíferas o brasicáceas.
Características de las plantas brasicáceas
Las plantas brassicaceae también conocidas como crucíferas, pertenecen a la orden de plantas brasicales y son conocidas por formar parte de la alimentación, sobre todo como verduras de invierno. Entre las características que podemos destacar es que pueden ser anuales o perennes. Se dan en zonas templadas preferiblemente y los cultivos se adaptan muy bien a los climas fríos
Las crucíferas o verduras de invierno son plantas de la familia de las brasicáceas que se caracterizan botánicamente por tener cuatro pétalos en forma de cruz, donde se toma el nombre de la familia.
Las hojas son sésiles o con pecíolo corto, por lo regular lobuladas. En general, las flores de las plantas tienen cáliz, el cual está compuesto por cuatro sépalos libres cruzados, corola regular o actinomorfas, de color amarillo pálido o blanco y de un tamaño de entre 1,2 y 1,5 cm transversalmente. Los pétalos de tamaño de entre 9 y 15 milímetros de largo y 6 estambres de los cuales 4 son largos y 2 cortos.
Los frutos de esta especie se encuentran en una cápsula denominada silicua o silícula. Las semillas no tienen endospermo, poseen dos pegumentos y un embrión oleaginoso, la polinización es entomógama y se puede sustituir por la autogamia debido a los estambres cortos. Las inflorescencias se presentan en formas de racimos.
Composición nutricional de las crucíferas
Las crucíferas son relevantes debido a su contenido nutricional. Así que lo que puede aportar esta gran familia de plantas son:
- Glucosilonatos. La mayoría de las plantas brasicáceas tienen un tipo de sustancia de naturaleza picante rubefaciente llamada glucósidos sulfurados o glucosinolatos.
- Estas plantas son ricas en vitamina C. Este contenido es primordial nutricionalmente, ya que son plantas que se consumen en las épocas de invierno cuando otras fuentes naturales de vitamina C son poco accesibles.
- Carotenos. El color verde intenso de los vegetales crucíferos significa que contienen vitamina A. Estos carotenos son potentes antioxidantes naturales para la vista.
- Algunas plantas de esta familia contienen alcaloides, pero es poco común.
Cultivo de la especie
El cultivo de la brasicácea se remonta a 2500 años A.C. y se conoce que procede de la parte oeste de Asia y Europa, donde la polinización de esta planta siempre ha sido cruzada. Después que la semilla ha brotado se debe realizar el trasplante en los días nublados, recomendando además no regarla hasta haberla trasplantado.
Durante el primer mes, es muy importante controlar la maleza alrededor de la planta. El terreno en que se plantan debe tener un PH entre 5,7 y 6,8. Estas plantaciones se deben rotar, ya que exigen un suelo nutrido, por lo que lo desgastan.
Los suelos deben ser francos o franco arcilloso y rico en materia orgánica, es decir, que estén bien abonados. La recolección debe hacerse con cuidado para garantizar la presentación de la planta. Se deben considerar aspectos como la temperatura, luminosidad, lluvia, viento y humedad del aire.
Estas plantas han estado presentes en la dieta de los seres humanos durante muchos años y su cultivo efectivo hace que los beneficios de las crucíferas lleguen a miles de personas alrededor del mundo en alguna de sus variadas especies.
Variedades de crucíferas
Existen muchísimos vegetales que pertenecen a esta gran familia y forman parte de nuestra alimentación. Algunos ejemplos son:
Coliflor. La coliflor es un clásico que no requiere de mucha presentación. De inflorescencia blanca y hojas verdes, su suavidad la hace adecuada para muchas elaboraciones, ya que no altera el sabor de los alimentos a los que acompaña. Se puede ingerir en ensaladas, en cremas, al horno, al vapor. Como plato principal o acompañamiento, resulta muy versátil.
Coles de Bruselas. Las coles de Bruselas son las hermanas menores de la familia, tienen un peculiar sabor y son muy distintas a la mayoría de coles, por su reducido tamaño. Tienen un sabor algo amargo más destacado que el resto de crucíferas, pero igualmente podemos utilizarlas en múltiples preparaciones de modo atractivo, ya sea en forma de ensalada, en guisos o salteadas.
Repollo. El repollo es una col grande y redonda, aunque es propia de Europa central, siendo Alemania uno de los principales productores, también es habitual en la cocina. Se puede preparar en crudo, salteada, hervida o al vapor.
Se utiliza por lo regular como acompañamiento o formando parte de algún guiso. Y aunque no sea tradición española existe una preparación con repollo bastante conocida y muy europea: el chucrut, un plato o acompañamiento que consiste en una preparación de hojas de col fermentadas con sal.
Bimi. Es una crucífera originaria de Japón que se está abriendo paso recientemente en el mercado, su apariencia es similar al brócoli, pero más estilizado, los tallos son más largos con una inflorescencia más pequeña en la punta. Se está estudiando su potencial antioxidante y anticancerígeno, ya que algunas investigaciones apuntan a que la asimilación de sustancias bioactivas por parte del organismo es superior cuando consumimos bimi que si se toma otros tipo de crucíferas. A nivel culinario se puede utilizar igual el brócoli.
Col lombarda. El atractivo de esta col reside en su color morado-rojizo intenso, que la convierte en una verdura muy vistosa perfecta para utilizar de mil maneras y con la que obtendremos un resultado de lo más llamativo. Puede tomarse en ensalada, en salteados de verduras con fideos o en cremas. Habría que tener en cuenta que si se prepara un salteado con ella y no se consume enseguida se tiñe la comida. No es un inconveniente, pero la presentación puede que no sea la deseada.
Brócoli. Otro alimento tradicional en la cocina. Tanto el brócoli como la coliflor tienen una peculiar forma de arbolito que a su vez se puede dividir en muchos arbolitos. Se puede preparar al vapor, salteados, en ensalada, formando parte de un revuelto o una tortilla, etc.
Col kale. Es la col de moda, se usa en batidos détox, la cual la ha llevado a gozar de gran popularidad. Parece ser que la col kale es más concentrada y, con ello, más rica en los micronutrientes que el resto de coles, aunque no debemos olvidar que los alimentos milagrosos no existen. Es de color verde oscuro intenso, tiene una apariencia entre las acelgas y las coles pues sus hojas son rizadas y más alargadas que las de la col lombarda o el repollo. Se come en ensalada, salteada, deshidratada.
Col china. La col china va entrando de a poco para formar parte de los mercados. Es una col blanca alargada que tiene un aspecto de mezcla entre col rizada y lechuga romana. Su sabor es suave, por lo que puede acompañar muchos platos como acompañamiento o se puede saltear junto a otras verduras, etc. Una preparación típica coreana con este tipo de col es el kimchi.
El consumo en general de una mayor cantidad de crucíferas puede brindar protección contra algunas enfermedades, incluidos algunos tipos de cáncer.
Así que vale la pena considerar la familia botánica de las crucíferas por su gran aporte. Sin dejar de mencionar, las características de la familia botánica de las umbelíferas, otra clasificación de especies de gran valor.