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La temperatura es importantísima en la producción de las hortalizas, ya que ello va a a repercutir en la calidad de las mismas. Así que si la cantidad del calor que recibe el fruto durante su desarrollo es la adecuada, al final será un resultado satisfactorio, por lo que habría que considerar qué pasa si el frío se hace presente.
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Las hortalizas y el frío
Una hortaliza se desarrolla de manera exitosa cuando se cultiva en un rango ideal, lo que va a incluir grados mínimos, máximos y óptimos. Pero si la temperatura es baja, la planta puede sufrir un episodio de estrés, lo que puede afectar directamente en el fruto.
El frío llega a alterar la membrana celular, ya que se endurece y provoca que sea menos permeable e impide la entrada de agua y, con ello, de nutrientes, lo que va a ocasionar una reducción metabólica, respiratoria y fotosintética. En otras palabras, se va a hacer más lenta la absorción de agua, así como de la asimilación de sustancias nitrogenadas, la síntesis de proteínas, la recepción de potasio y fósforo.
Existen hortalizas que suelen ser tolerantes a ciertos cambios de temperatura. Entre ellas se encuentra la calabaza, la lechuga, el pimiento y el tomate, siendo de una tolerancia media. En cambio la sandia, el pepino y el melón resultan más exigentes.
La presencia de heladas
Las heladas ocurren cuando desciende a los 0°C o menos la temperatura del aire cerca del suelo por más de 4 horas. Sin embargo, existen dos tipos de heladas. La blanca que es cuando las masas de aire son húmedas y esto se debe cuando el aire cercano al follaje y las flores está a 0° o quizás menos, generando que el aire alcance una temperatura del punto de rocío, condensándose y formando escarcha.
Pero cuando hay vapor de agua va a aparecer una helada negra, que resulta más dañina, ya que forma capas de hielo que puede quemar los frutos, provocándoles manchas oscuras. Así que las heladas pueden dañar gravemente las hortalizas, pues los cristales de hielo van a propiciar desgarres celulares , o bien, la desecación del fruto. Incluso pueden marchitar las plantas y pausar su desarrollo (según la intensidad).
Cómo proteger las hortalizas
Es imprescindible escoger aquellas hortalizas que sean tolerantes a las bajas temperaturas. Incluso se pueden sembrar en el momento idóneo para que el fruto se desarrolle con las temperaturas adecuadas.
Además, es necesario cubrir las plantas para poder protegerlas del frío, ya sea con tierra, paja o cobertores de plástico. También se puede elevar la humedad relativa del cultivo al aplicar unas sesiones de riego por aspersión. Finalmente, toma las precauciones necesarias del clima para evitar mayores daños.