Guía completa sobre el riego de plantas

Cuando recién nos adentramos en el tema de la jardinería siempre nos hacemos la misma pregunta sobre cómo debe de ser el riego para las plantas.

Aunque la tarea de regar pareciera muy fácil, lo cierto es que muchas veces llegamos a encharcar las plantas o apenas si le caen unas cuantas gotas, lo que al final podría dañarla gravemente.

Así que es importante realizar un buen riego, con el agua correcta y saber cuándo hacerlo. Por ello, sigue esta guía completa sobre el riego de plantas y ve a la segura.

Importancia del riego en las plantas

Regar las plantas es una de las tareas fundamentales para que puedan desarrollarse de la mejor forma. Pero si aún no lo tienes muy claro, aquí te explicamos sobre la importancia del riego en las plantas.

Energía solar. La energía solar estimula la liberación de oxígeno, por parte de las células, para originar azúcares que se convierten por varias reacciones químicas, en todos los materiales que la planta precisa para desarrollarse.

Evaporación del agua. El agua de las hojas se evapora como consecuencia de la respiración. Esta es la razón por la cual las plantas necesitan más agua cuando están creciendo. El agua también sirve para transportar los nutrientes y productos químicos que deben ser llevados mediante las raíces a todas sus partes.

Planta saludable. Una planta en excelentes condiciones, absorbe la humedad del terreno y, posteriormente, esta viaja a través de las raíces, va por lo largo del tallo y, después, por las ramas hasta llegar a las hojas. Desde las hojas, el agua transporta los azúcares que se producen allí hacia las de más partes de la planta.

Plantas marchitas. El exceso de agua puede hacer que las raíces se pudran y, luego, se marchiten. Las raíces se corrompen cuando la planta ha permanecido durante mucho tiempo con agua fría y estancada en el recipiente. El compost se satura de agua y esto hace que las raíces no tengan el oxígeno que precisan para absorber el agua para las hojas eficazmente.

Medidas básicas para el riego de plantas en interior

Las plantas requieren agua para crecer y hacer sus funciones, como respirar y realizar la fotosíntesis. Pero es preciso seguir ciertas reglas sobre el riego para lograr que las plantas prosperen de forma correcta.

Cuando las plantas están creciendo, generalmente primavera-verano, es cuando más agua precisan. Así que durante el otoño y el invierno habría que proporcionarle menos líquido. Además, las plantas que hayan llenado completamente la maceta con raíces, tendrán que ser regadas con más frecuencia que aquellas que tienen espacio suficiente para seguir creciendo.

Cuando hablamos del riego de las plantas de interior, debemos saber que la tierra tiene que estar siempre húmeda, pero no anegada, aunque claro está que existen algunas excepciones como las suculentas y las plantas de hoja gruesa. Si el suelo está muy seco o muy húmedo, la planta morirá. Pero para asegurar su riego, he aquí un par de medidas para saber si requiere agua.

• Observa el suelo. Si el suelo donde está ubicada la maceta se torna de un color más claro, o bien, se agrieta, seguramente será momento de regar las plantas de interior.
• Calcula el peso de la maceta. Toma la maceta antes de regar y calibra su peso utilizando una balanza o calculándolo con la mano. Haz lo mismo después de regar. Luego de varias veces que realices esto, podrás ser capaz de conocer cuándo la planta precisa agua o no con tan solo levantar la maceta.
• Método del dedo. Clava un dedo en el sustrato para saber cuán húmedo está.
• Medidor de humedad portátil. Si tienes plantas de interior grandes, quizás te convenga utilizar un medidor de humedad portátil para determinar cuánta cantidad de agua hay alrededor de su masa de raíces.

Riego de plantas en maceta. Las plantas que están cultivándose en macetas, se riegan más fácilmente con una regadera, o bien, con un sistema de riego por goteo. Pero hay varias formas de hacerlo:

• Riego por inundación. También conocido como riego con plato. Consiste en llenar un plato con agua y colocar debajo de la maceta. De este modo, la tierra empezará a hidratarse desde los agujeros de drenaje de la maceta hacia arriba.
• Riego por arriba. Método en el cual el agua se vierte en la superficie del sustrato. Sin mojar las hojas y flores.

Signos de falta de agua. Jamás permitas que las plantas de interior se marchiten o que la tierra quede alejada del borde del contenedor, porque estos síntomas indican falta de agua y las raíces pueden quedar dañadas. Los signos de agua suelen incluir hojas con transparencias, caída prematura de hojas y flores, crecimiento lento de las hojas, bordes amarillentos o curvados.

Riego de plantas del jardín o huerto

Si tienes un jardín y/o un huerto, es primordial que decidas qué sistema de riego llevar a cabo. El riego por goteo y manguera son los más comunes, pero tienen sus pros y sus contras.

• Riego con manguera. Es una técnica cómoda y rápida, pero gasta mucha agua. Así que con un clima donde existe la presencia de mucha lluvia no se recomienda, a menos que este conectada a una pistola que te permita regular la salida del agua.
• Riego por goteo. Se puede regar todas las plantas, de manera que el agua será absorbida por la tierra. Esto genera un ahorro.

Cantidad de agua para el riego. Quizás la respuesta es muy fácil, pero en la práctica no es tan sencillo. Esto es porque la cantidad de agua de riego debe ser hasta que la tierra quede empapada, pero a veces es complicado, ya que no podemos ver lo que pasa en las capas más internas del suelo, por lo que hay que ser intuitivo.

Tipos de aguas para el riego

No cabe duda que la mejor agua de riego es la de la lluvia, siendo la más recomendable. Así que al tener plantas de interior y las temperaturas no le favorecen, es mejor mantenerla en un balcón o terraza para que pueda mojarse con dicha agua. Una vez que se ha hecho la labor, se puede tener al interior. Pero como no siempre se puede tener de esta agua, existen ciertos tipos de aguas que podrían realizar la tarea. Así que vayamos a conocer unas cuantas.

• Agua de osmosis. Es el resultado de la descalcificación del agua. Se realiza por un equipo de osmosis inversa. Es ideal para regar plantas carnívoras, siendo lo contrario para aquellas especies acidófilas debido a su bajo porcentaje de minerales.
• Agua de aire acondicionado. Es muy parecida a la de osmosis. Es útil para poder regar plantas carnívoras, o bien, para quitar la suciedad o polvo de las hojas de las plantas de interior.
• Agua del grifo. Depende la zona donde te ubiques, puede tener un pH. Así que si es alto, es decir superior a 6 no será buena para poder regar plantas acidófilas, pero si resultará excelente para regar plantas que no precisen un pH tan bajo.
• Agua modificada. No es otra cosa que el agua de casa que lleva un tratamiento casero. Para ello habría que colocar unas gotas de zumo de limón o vinagre para poder bajar el pH. Ahora bien, si se tiene poca cantidad de agua destilada y poca de agua de grifo, se puede combinar para poder regar plantas acidófilas y plantas carnívoras.

El factor más importante para que las plantas crezcan adecuadamente es el agua. Así que el objetivo es proveerle la cantidad exacta.

Técnica de riego subterráneo

El uso del riego bajo superficie en la agricultura y jardinería no es un concepto nuevo. Fue introducido hace cerca de cuarenta años atrás, al comienzo de los años 60, pero solo en los últimos 15 años se ha generado mayor conciencia acerca de sus ventajas y se han agregado tecnologías que permiten superar los problemas encontrados en el pasado. Debido a investigaciones y experiencia en práctica en el riego subterráneo en el mundo entero, se puede afirmar que es una gran alternativa del futuro del riego localizado.

El principal producto para el riego subterráneo es el Rootguard®, una tecnología patentada y una marca registrada de Geoflow Inc., producido en Israel bajo licencia conjuntamente por Metzerplas y Lego. El Rootguard® soluciona la introducción de raíces por medio de un proceso de liberación controlado basado en una molécula de polímero que lleva el agente activo.

El treflan es lentamente liberado del gotero basándose en un proceso de difusión Fickiano y nos libera de la necesidad de inyectar el herbicida regularmente. La cantidad de treflan en el gotero proveerá protección por muchos años en condiciones razonables. Con una temperatura media de suelo de 15 ˚C, el treflan protegerá frente a intrusión de raíces por un mínimo de 18 años.

El uso del Rootguard® es mucho más eficiente que la inyección del treflan en laterales de goteo ordinarios, ya que mantiene una concentración constante en la zona adyacente al orificio a lo largo de todo el año. Inyectar treflan una o dos veces por temporada brindará una gran y costosa cantidad del herbicida en una aplicación, sin garantía de que no sea biodegradado hasta la siguiente inyección.

El potencial del riego subterráneo recién comienza a ser aprovechado, pero es solo una cuestión de tiempo hasta que profesionales del riego y agricultores tomen conciencia de sus bondades y lo transformen en la principal aplicación del riego por goteo.

Beneficios del riego subterráneo

He aquí los grandes beneficios del riego subterráneo

• Eficiencia en el uso de agua. Al mantener la superficie seca, se pierde menos agua por la evaporación. Además, la distribución esférica de la humedad en el riego subterráneo es más eficiente, ya que permite un mayor volumen de humedad en un menor radio.
• Longitud de raíces. Las raíces penetran mas profundamente en el suelo, permitiendo que el sistema radicular trabaje en condiciones más estables.
• Aplicación de fertilizante. La fertirrigación provee de agua y nutrientes directamente al sistema radicular de la planta.
• Control de hierbas. Al mantener la superficie del terreno seca, se previene la germinación de semillas superficiales de malezas, por lo que hay menor cantidad de esta y se reduce la necesidad de usar herbicidas.
• Infiltración del suelo. La costra superficial creada en algunos tipos de suelos causa problemas de infiltración. El riego subterráneo elimina este fenómeno.
• Incremento del rendimiento. Debido al aumento del riego y la absorción de fertilizantes, aún con menor cantidad de agua y abonos.
• Calidad del agua. Aguas residuales y de otras fuentes problemáticas puede ser utilizada más seguramente al no haber contacto entre el agua (y sus patógenos) y los trabajadores o las hojas y frutos.
• Control de salinidad. Se mejora el control de la salinidad del agua y el suelo, ya que no se acumulan sales en la superficie por causa de la evaporación.
• Mantenimiento. Dado que las tuberías están enterradas, están menos expuestas a la acción adversa de la radiación solar y los cambios en condiciones ambientales como secado/mojado, frío/calor, por lo que el sistema tiene una mayor vida útil.
• Control de enfermedades. Al mantener la capa superior del suelo seca, se reducen drásticamente las enfermedades cuya propagación es ayudada por la humedad entre la cubierta de las plantas y el suelo, como la Alternaria.
• Paisajismo. El sistema de riego subterráneo permite regar sin interferir con el diseño visual y estético.
• Seguridad. El sistema de riego subterráneo ofrece mayor protección del equipo ante vandalismo y otros daños, incluyendo animales.

Errores comunes al regar las plantas

El regar las plantas es una tarea habitual para el jardín. Sin embargo, es muy común que se cometan ciertas equivocaciones por desconocer cómo se hace. A continuación te mostramos los errores más comunes para evitarlos.

• Tratar a todas la plantas por igual. Las plantas tienen necesidades de luz, temperatura, humedad ambiental y agua, entre más factores. Por lo que no deben tratarse del mismo modo. No precisa la misma cantidad de agua una hortensia que un cactus, por lo que seguramente el segundo no va a sobrevivir con un exceso de agua.
• Olvidar el riego de las plantas. Pareciera obvio decir que habría que regar las plantas con cierta frecuencia, pero a veces se olvida que son seres vivos. Ellas no pueden pedir agua y cuando se llega a percatar de esa ausencia de líquido es porque las hojas están arrugadas, amarillas o ya no hay. Así que lo mejor es optar por una rutina para no descuidarlas, quizás poner un aviso en el calendario, o bien, conectar un sistema de riego automático al grifo puede resultar excelente.
• Regar con la misma frecuencia. El riego va a depender de ciertas circunstancias. Dentro de las que se encuentran los meses más cálidos, vientos fuertes, escasez de lluvia, fases de floración, fructificación, tipo de suelo, tamaño del recipiente o contenedor, material del recipiente, orientación de la planta. Por ello, a partir de estos factores habría que sacar las propias conclusiones.
• Pasarse con el riego. Es igual de grave regar poco a regar demasiado. El agua cubre cada espacio entre las partículas del sustrato, desplazando todo el aire. Las raíces de la planta no pueden respirar y entonces mueren. Además, el exceso de humedad puede provocar la aparición de enfermedades fúngicas o de nematodos que dañan las raíces.
• Falta de un drenaje adecuado. La acumulación de agua por un drenaje inapropiado puede relacionarse con el punto anterior. Para evitar todo esto, es preciso tener los orificios adecuados en las macetas antes de plantar y utilizar el sustrato idóneo para cada especie. Una buena práctica es colocar grava en la base del tiesto antes de rellenar con el sustrato de plantación. De este modo, se va a crear un aislamiento del agua sobrante facilitando la aireación de las raíces.

El riego es fundamental para el cuidado de la planta. Así que con esta guía tendrás una idea más clara sobre el vital líquido para tus especies. Por cierto, el riego por capilaridad es otra opción eficaz para proveer a las plantas el líquido necesario.