La Schefflera es una gran elección si quieres una planta fácil de cuidar

Esta planta encantadora, similar a una palmera, es muy fácil de cuidar y cuenta con hojas elegantes de largos tallos que constituyen una gran floración para cualquier habitación. La Schefflera actinophylla es muy curiosa por la forma en la que crecen sus hojas. Cada una de ellas se encuentra subdividida en varias hojuelas, que caen hacia abajo desde la punta del pedúnculo, dando la apariencia de un paraguas abierto. En su hábitat natural puede llegar a crecer hasta 2 m de altura.
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Cuidados de la Schefflera en primavera y verano

Trasplanta las Scheffleras jóvenes cada año, haciendo uso de una maceta cada vez más grande, repleta de buen compost, hasta llegar a un recipiente de 15 cm de diámetro. Luego, solamente necesitarás abono de superficie cada dos años, sustituyendo los 5 cm superiores de compost por tierra nueva. Si deseas lograr que la planta crezca mucho, tendrás que continuar trasplantándola cada dos años a un recipiente mayor.
La temperatura estival puede elevarse hasta los 21 °C, incluso más. Así que mantén la planta en un sitio con luz indirecta y riégala abundantemente hasta dos o tres veces a la semana durante el verano, añadiendo un fertilizante líquido débil al agua cada dos o tres semanas durante la primavera y el verano.
Rocía la Schefflera regularmente durante las épocas más calurosas para aumentar la humedad; y, si las hojas se ensuciaran, límpialas con una esponja húmeda.

Cuidados de la Schefflera en otoño e invierno

Procura mantener la temperatura cerca de los 15 °C y deja la planta en un sitio iluminado, pero no expuesta al sol directamente. Tampoco coloques la planta a la sombra, ya que está acostumbrada a la luz abundante pero difusa. Continúa regándola a lo largo del invierno para mantener el compost apenas húmedo y de vez en cuando, rocía el follaje con agua y proporciónale buena ventilación, pero evita las corrientes de aire frío.

Propagación de la Schefflera

La mejor manera de propagar la Schefflera es mediante semillas a principios de la primavera y haciendo uso de un compost especial. Mantén las semillas entre 21-24 °C en un propagador y ponlas en un sitio sombrío con el compost ligeramente húmedo. Todos los días, saca las semillas del propagador durante una hora para evitar que el aire y el compost se humedezcan demasiado.
Una vez que las plántulas se puedan manipular, plántalas individualmente en macetas pequeñas, utilizando el compost habitual y trátalas como si fueran plantas maduras.

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