Las hojas en otoño
Estamos casi en el invierno y en esta época a los amantes de lo verde nos fascinan e impresionan los colores y sus tamices, incluso esos paisajes antinaturales creados por el hombre que llamamos jardines tienen su punto de interés. Un punto de encuentro, que estabiliza los sentidos y sosiegan el desazón en el que nos envolvemos. Y afirmo antinaturales porque por mucho que nos apliquemos somos imitadores baratos de la naturaleza que hace su trabajo sin esfuerzo alguno.
Todos vivimos en un pueblo, pequeño o grande, quizás en alguna ciudad, pequeña o grande, que más da. De árboles está lleno mi pueblo o mi ciudad y no me dejan disfrutar de ellos, ni en las calles, ni en los parques, el otoño son hojas, el otoño es color, tan difícil es de entender. Vecinos de este pueblo pequeño o amigos de esa ciudad grande dejad en paz las hojas, quiero patearlas, empujarlas cuando camino, quiero verlas caer, quiero que no os molesten por que a mi me apasionan.
En esta época del año es cuando se limpian las hojas y yo no quiero que ocurra, árboles que tiran hojas, árboles que machacan, arboles ya sin ánimo pero con mucha dignidad soportando año tras año las podas salvajes. Brutales actos sin piedad, que devoran su estima y debilitan su fervor.
Somos tan limitados que no vemos el daño que producimos, somos tan prácticos que acabaremos envueltos en gasas esterilizadas recicladas de algún dispensario.
Que suerte para quien limpia, nos dedicamos a las hojas por que el trabajo se nota más y nos olvidamos realmente de la suciedad.
Pensemos en una imagen idílica, yo elijo la de un niño jugando en el parque con hojas, que belleza, quizás solo comparable con la del mismo niño viéndole dormir. Dejar que las hojas caigan, que se amontonen, dejad que se descompongan, dejad que cumplan su función de abrigo. Respetemos el ciclo, en primavera habrán desaparecido con la misma facilidad con la que han caído, respetémonos a nosotros, dejar que las hojas vengan a mi, que disfruten mis hijos y tus hijos y lo hijos que todavía están por venir.
Disfruta tú de las hojas, por que han cumplido su misión, solo ellas han alimentado y solo ellas han filtrado. Una hoja no es nada pero miles de hojas son un pulmón y millones de hojas nos dan vida, respetémoslas algo y acabaremos respetándonos algo más a nosotros mismos.
Escribo esto, solo por el amargor que me produce año tras año ver como en mi ciudad, se realizan las podas más bestiales que uno pueda imaginar, uno de los pretextos utilizados es evitar que las hojas caigan al suelo y que haya que recogerlas, por lo que si adelantamos la poda mejor, machacan los árboles sin piedad, reducen su vida a la mitad, provocan un engrosamiento del tronco desproporcionado y destrozan el vegetal sin pena alguna, simplemente escribo esto por que no puedo más.
Carlos Morales Sebastián
Solo uno más