Maderas para exteriores

Mantenimiento maderas de exteriores.

La madera en exteriores, en lo que a pavimentos se refiere, no lleva mucho tiempo instalándose en España por lo que no se tiene ni el conocimiento ni las experiencias ya comprobadas de otros países. Existen maderas que por su naturaleza aguantan los agentes externos, agua, sol, hongos, insectos, etc.., sin que éstos le ataquen y deterioren. Otras maderas deben ser sometidas a un tratamiento especial para que los agentes externos antes citados no las afecten. El tratamiento al que son sometidas estas maderas se realiza bajo vacío a presión de manera que penetre en el corazón de las mismas convirtiéndolas en aptas para su uso en el exterior.

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Una vez aclarados estos puntos, pasarnos a enumerar las especies que se comercializan y cuyo comportamiento está suficientemente probado. Tenemos por tanto, las que no precisan tratamiento como TECA (Tectona Grandis), MERBAU e IPE; y como madera tratada, el pino nordico. Todas ellas admiten acabados que mejoran su aspecto final y conservación en el exterior, bien al aceite ó barniz.

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El aceite proporciona un aspecto más natural aunque el mantenimiento debe realizarse con mayor frecuencia que en un acabado con barniz, no obstante el aceite después de varias aplicaciones va saturando la madera y retrasando la frecuencia de mantenimiento No está de más concienciarnos que para conservar el buen aspecto de la madera instalada en exteriores, debemos mantenerla siempre de una u otra forma para evitar que pierda su color original y adquiera el característico tono gris plata que delata el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. La falta de mantenimiento, no implica menor durabilidad, se trata de estética,.. de echo en el norte de Europa es fácil encontrar estas maderas con tono gris, lo que reiteramos no implica putrefacción ni descomposición, sencillamente “cuestión de gustos”. Otro factor que incide directamente en la frecuencia de mantenimiento es la orientación de la instalación, los paramentos verticales necesitan menos atención que los horizontales al estar los primeros sometidos generalmente a menores concentraciones de humedad y sol. Las maderas al aceite se tratan limpiando con jabones de ph neutro y aplicando posteriormente el aceite. Por lo general se hace dos veces al año, al llegar la primavera y en función de la orientación, en la mitad del verano.

La segunda forma de tratamiento se realiza con barnices al agua totalmente ecológicos, se aplican normalmente una vez al año y al igual que el aceite, en la primavera. Estos barnices se pueden aplicar con tientes compatibles para prolongar la coloración original de la madera. Posteriores aplicaciones deben hacerse previo lijado ligero.

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Un aspecto importante a resaltar es el fisuramiento de las maderas, éstas en el exterior están sometidas a bruscos cambios de humedad y temperatura, por lo que es lógico que presenten fisuras más ó menos profundas dependiendo de la naturaleza de cada una. Esto no supone un deterioro y una vez la madera se adapta al medio tiende a estabilizarse.

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