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La Magnolia es un importante género de árboles y arbustos, que comprende aproximadamente 35 especies distintas. Se encuentra dedicado al director del jardín botánico Montpellier, que vivió entre los años 1638 y 1715. Son árboles y arbustos de hoja caduca o perennes, todos originarios de América y Asia.
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La Magnolia es considerada una de las especies más interesantes para la ornamentación de jardines y patios, tanto por su hermosa floración como por su follaje y fructificación. Se caracteriza por sus grandes flores solitarias; sus frutos verdosos en forma de cono que al madurar se vuelven rojizos; sus semillas de color rojo vivo, suspendidas por un filamento.
Presenta las hojas grandes y lustrosas, enteras, alternas, caducas o persistentes. Dentro de las especies caducas, hay aquellas que florecen antes de brotar, lo cual agrega un atractivo original a estas bellas plantas. Casi todas se pueden dar perfectamente en diversos climas, simple y cuando, dispongan de un terreno fresco, profundo y no muy calcáreo. Prefieren una exposición soleada, salvo algunas excepciones.
Cuidados culturales de la Magnolia
El cultivo de la Magnolia no presenta ningún tipo de inconveniente, siempre y cuando, se le procure un suelo que le guste. En zonas demasiado frías, las especies caducas y que florecen al inicio de la primavera pueden sufrir durante la floración el daño de alguna helada tardía, por ello surge la necesidad de ubicarla en un lugar protegido. Son plantas que no precisan ningún tipo de poda, salvo que le desees dar una forma determinada o que algún accidente climatológico te obligue a ello.
Propagación
El sistema más simple de reproducir la Magnolia es mediante la siembra de las semillas que pueden sembrarse inmediatamente luego de su madurez en otoño, o bien, guardarse estratificadas y sembrarlas en primavera. Al ser de crecimiento lento, las plantas germinadas pasarán un año en maceta antes de ir al sitio definitivo. Este sistema produce plantas desiguales a sus progenitores. También se usa el esqueje y el acodo aéreo. Este último se realiza en primavera para las especies perennes y en otoño para las caducas. También se usa el injerto sobre una planta obtenida de semillas para reproducir ciertas especies y variedades.
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La Magnolia puede ser atacada por cochinillas, sobre todo si son plantas poco vigorosas o que se encuentran debilitadas por algún motivo.
