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Matthiola incana también conocida como Alhelí, Aleli, Alelí, Alhelí encarnado, Alhelí cuarenteno o Alhelí de invierno. Es del género de plantas anuales, bianulaes y a veces perennes, según la especie. Pertenece a la familia de las Crucíferas y es oriunda de una amplia franja de distintas regiones Mediterráneas, Asia central y Sudáfrica.
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Características de la Matthiola incana
Es una especie que no supera los 40 cm de altura. Está provista de un tallo alargado, fuerte, algo leñoso en la base. Las hojas son de coloración gris verdosa, alargadas, lanceoladas, estrechas, aspecto lanoso y agrupadas en forma densa. La floración debido a su disposición en grandes espigas, de flores perfumadas reunidas en racimos terminales, dotadas de numerosas flores simples conformadas por 4 pétalos, algunas poseen flores dobles de gran belleza. La gama de color es muy extensa e incluye tonalidades como el blanco, amarillo, azul plata, lila, rojo, rosa o mezclados.
Cuidados de la Matthiola incana
Se trata de una planta que es habitual encontrarla en jardines costeros, al abrigo de especies altas que la protegen.
Precisa situarse a pleno sol, aunque es capaz de soportar ubicaciones a media sombra.
Resiste la sequía, siempre y cuando sean en períodos cortos. Además, es una planta que tolera muy bien el frío.
Los terrenos más aconsejables para su desarrollo óptimo se debe a suelos ligeros, blandos, abonados, pero es importante evitar la sobrealimentación.
Con el exceso de abono se puede conseguir una elevada producción de hojas, pero se logra una disminución de flores.
Se multiplica por medio del sembrado de semillas. Germinan al cabo de unas dos semanas con una temperatura de unos 21˚C. Una vez que han tomado un tamaño considerable se pueden manipular con total confianza para después ser plantada en el suelo del jardín.
Las plagas que pueden atacar esta especie es el pulgón, la polilla minadora, la oruga de la col, las chinches de las crucíferas o la mosca blanca. Mientras que las enfermedades que se hacen presentes son la hernia de las raíces, el oidio, la Bortritis, el Mildu y la Virosis.
Es una especie que vale la pena tenerla en el jardín, sin importar si es época de frío, ya que no suele afectarle. Así para tu próxima visita al invernadero considérala y verás que no te vas a arrepentir ¿Qué te parece?
Imágenes cortesía de: Jason Hollinger, The Marmot