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Las orejas de liebre son un género compuesto por aproximadamente 300 especies diferentes, entre ellas, plantas leñosas o herbáceas, anuales y vivaces. Poseen las hojas opuestas, enteras, simples o con los bordes ondulados, dentados, y en muchas ocasiones, están cubiertas de vello.
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Sus flores no están reunidas en espigas terminales y pueden ser de color variable entre el rosa, el púrpura y el rojo; la flor es tubular y bilabiada en el extremo superior. Su fruto es un aquenio redondeado. Se trata de plantas rústicas y aprecian los suelos que no retengan la humedad, dado que puede provocarles fácilmente la podredumbre del sistema radicular. Ya que no superan los 60 cm de alto, resultan indicadas para la cobertura de terrenos en pendientes y rocallas, o bien, para la formación de borduras y grupos bajos.
Además, son interesantes por ser plantas perennes que presentan en el follaje una tonalidad verde grisácea en según qué especies. La floración tiene lugar en verano, aunque hay algunas especies que florecen desde mediados de primavera hasta finales de la misma.
Cuidados de las orejas de liebre
Como bien comenté anteriormente es una planta rústica que prefiere situaciones soleadas y bien aireadas, con terrenos arcillosos, solo arcillosos y calizos, con temperaturas elevadas y poca cantidad de agua, o terrenos muy bien drenados, dado que el exceso de humedad puede resultar fatal para su supervivencia.
La Stachys, también conocida como orejas de liebre, es una planta fácil de cultivar, que suele plantarse con una separación entre individuos de unos 50 cm, dependiendo la especie. No precisa de muchos cuidados, aunque es interesante la supresión de los tallos florales una vez finalizada la floración. Dentro del género podrás encontrar plantas que resisten fácilmente a los inviernos fríos, mientras que otras solamente sobrevivirán en zonas de clima templado.
Modo de propagación de la Stachys
El sistema de propagación más sencillo de las orejas de liebre es la división de la mata existente, operación que debe llevarse a cabo en primavera, antes de la entrada en vegetación, aunque también puede hacerse en otoño, antes del reposo invernal. Las plantas obtenidas se pueden emplazar directamente en el lugar definitivo.
La reproducción a través de la siembra también es empleada, pero se trata de un método más complicado que debe efectuarse en primavera y hacerse bajo protección.
