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El papiro de Egipto también conocido como papiro, paraguas, juncia o cuperus, es una planta muy conocida, ya que los egipcios solían utilizarla para fabricar hojas sobre las que escribir. En la actualidad suele ser utilizada para adornar lugares cercanos a estanques. El papiro de Egipto pertenece la familia de las Ciperáceas y es oriunda de África, y crece de manera silvestre en las orillas del Nilo.
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El papiro de Egipto, conocido botánicamente como cyperus papyrus, es una planta atractiva y apropiada para tener en casa, dado que crece rápidamente y, además, no requiere grandes cuidados. Cabe destacar que no solo se trata de una especie apta para desarrollarse en el jardín, sino que también puede cultivarse en macetas y dentro del hogar.
Cuidados del papiro de Egipto
Durante la primavera y el verano proporciónale una temperatura de entre 21 y 27 °C, y rocíala con agua regularmente. En invierno mantén a tu planta a una temperatura de 13 °C, preferentemente en el interior del hogar para protegerla de los fríos rigurosos y de las heladas. En caso de querer dejarla en el exterior, puedes protegerla con plástico, pero seguramente corra riesgo de helarse.
El terreno en que coloques al papiro de Egipto tendrá que contener dos partes de turba por una parte de arena y otra parte de tierra de jardín. En primavera y verano, añade un fertilizante líquido débil cada dos semanas y si algún tallo con sus hojas se secase, deberás cortarlo desde la base. El papiro exige humedad, por lo que se aconseja plantarlo cerca de estanques o zonas extremadamente húmedas.
Ten en cuenta que como se trata una planta que precisa mucho humedad, si esta no es abundante, entonces deberás regar la planta a diario en el exterior y cada dos días si se encuentra en el interior.
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Problemas del papiro
El papiro de Egipto no suele verse afectado por plagas y enfermedades, por lo que no tendrás que preocuparte por pulverizar con insecticidas. No obstante, si sus hojas estuvieran marchitas y, posteriormente, se tornarán amarillentas, significa que el papiro no ha recibido toda el agua que precisaba, así que deberás regarla abundantemente. Si en el invierno la temperatura es muy baja, tendrás que cortar los tallos perjudicados a 5 cm de la superficie y mantener a la planta a una temperatura de 13 °C como mínimo y regarla lo suficiente para que el compost se mantenga húmedo.