Parkinsonia acuelata

Parkinsonia aculeata, árbol cuya presencia lo dice todo

Parkinsonia aculeata también conocida como Palo verde, Espinillo, Espino de Jerusalén, Cinacina o  Parkisonia. Es del género Parkisonia de la familia de las leguminosas. Está integrado por 12 especies de árboles y arbustos. Es originario de las zonas secas de África y América.

Parkinsonia acuelata

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Características de la Parkinsonia aculeata

Árbol de crecimiento rápido que puede llegar a medir 8 m de altura. De corteza verde, copa aparasolada y follaje colgante.

Las ramas nuevas son flexibles, péndulas que crecen en forma de zig-zag.

Las hojas son caducas y están formadas por foliolos dentados. Cuenta con espinas en las ramas.

Las flores se presentan en racimos parciales de color amarillo-anaranjado. Florecen en el verano.

Los frutos son comestibles, siendo vainas de color marrón, de unos 10 cm de largo que contienen las semillas.

Cuidados de Parkinsonia aculeata

Parkinsonia acuelata árbol

Es una planta ideal de clima mediterráneo que se utiliza como ejemplar aislado en el jardín, en calles y  paseos. Así como para formar setos.

Necesita de una exposición a pleno sol y es capaz de soportar heladas esporádicas no muy intensas. Aunque puede vivir en semisombra, pero su crecimiento será más lento.

En cuanto al suelo, tolera los calcáreos pero siempre y cuando esté bien drenados.

El riego deberá ser moderado tomando en cuenta que es una especie muy resistente a las sequías prolongadas.

La poda deberá realizarse tras pasar las heladas para fortalecer la planta y además para que las ramas no crezcan hacia abajo.

El abono deberá realizarse anualmente con un fertilizante mineral en la primavera.

Es una planta resistente al ataque de plagas y enfermedades habituales del jardín.

Se multiplica por medio de la semilla que deberá sembrarse en la primavera.

Usos

En cuanto a su madera, resulta ideal por su textura fina para realizar pasta de papel, como fibra textil y para el tallado de mangos de herramientas. Incluso se emplea en la fabricación de carbón vegetal.

La pulpa de la fruta y las flores son muy apreciados por los niños. También se realiza una bebida refrescante gracias a los frutos fermentados.

Tanto las hojas como las flores y las semillas se consideran medicinales y tienen propiedades antipalúdicas, antifebriles, sudoríficas y reconstituyentes.

Asimismo, con la corteza y las hojas se elabora un jarabe para la tos y la fiebre.

Imágenes cortesia de: A:Davey,Marianne Serra

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