Un aspecto fundamental para el huerto, es saber cómo preparar la tierra, ya que al ser una cuna para los cultivos se deberá tener la debida atención. De ello dependerá que lo que se siembre crezca con fuerza y mucho vigor. Siendo la mejor inversión.
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Qué se necesita para preparar la tierra del huerto
La tarea para preparar la tierra del huerto no es mucha, pero si es muy importante para que se obtenga un cultivo de gran calidad.
Identificar el tipo de terreno
Si bien, es algo en lo que no se le toma mucha importancia, el conocer las características del suelo de siembra va a permitir tener un equilibrio. Por ello, la tierra se divide en dos:
Tierra arcillosa. De una alta capacidad de retención de agua, pero sin la capacidad de drenarse, lo que podrá repercutir en la oxigenación de las raíces.
Tierra arenosa. Permite una evacuación rápida del agua, por lo que no es la idónea para cultivos que requieren mucha humedad. La principal ventaja es que permite una elevada oxigenación de las raíces.
Airear y mullir
Son dos labores encargadas de renovar y oxigenar la tierra. Para llevarlas a cabo, la tierra tendrá que estar húmeda, por lo que lo ideal es que se moje un par de días para comenzar a airear y mullir. De este modo, se podrá trabajar la tierra sin que tenga demasiada resistencia. Para poder airear y mullir existen varias formas. Una de ellas es cavar unos 20 a 25 cm de la superficie de cultivo sacando la tierra. Otro método, es mezclar la tierra de otras cosechas con el compost para que ayude a fertilizar el suelo.
Eliminar la maleza
Es necesario eliminar aquellas plantas que pueden entrar en lucha por los recursos de agua con las especies del huerto. Así que es conveniente erradicar la mala hierba para que la siembra sea todo un éxito. Es habitual que después de un par de días del riego, comience la aparición de la mala hierba, pero es necesario arrancarla para que pierda fuerza.
Allanar terreno
Una vez que se ha mezclado el suelo con fertilizante, es momento de allanar el terreno. El objetivo es que la tierra tenga un aspecto suave y fino.
Abonar y enriquecer la tierra
Aunque ya tenga compost el suelo, no está de más proveer nutrientes, ya que crea una capa superficial sobre el suelo, y por ello, podrá penetrar en el resto del sustrato para poder enriquecerlo.