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Phlomis, también conocido como Flomis o Salvia de Jerusalén, es un género extenso que cuenta con aproximadamente 100 especies diferentes y está compuesto por enormes plantas herbáceas vivaces y arbustos de color verde grisáceo. Son plantas de hoja perenne, rígidas, opuestas y rugosas, lo que le otorga un tacto no muy agradable.
Las inflorescencias son axilares, verticiladas y multifloras y, por lo general, se hallan acompañadas de muchas brácteas. Si quieres conocer más, continúa leyendo los cuidados del Phlomis.
Características del Phlomis
Las flores son sésiles, por lo general, amarillas, aunque también existen de color blanco y púrpura. El cáliz es en forma de campana, plisado, con cinco dientes, mientras que la corola posee la forma de un tubo con el limbo bilabiado y labio superior tomentoso (está cubierto de pelos), con el labio inferior extendido compuesto por tres lóbulos.
El fruto del Phlomis cuenta con una forma ovalada y no todas las especies son rústicas, dado que algunas pueden llegar a morir durante el invierno debido a las heladas frecuentes. Por este motivo, es aconsejable proporcionarle un emplazamiento abrigado y protegido en estas zonas, ya sea a través de una adecuada orientación, o por medio de sistemas artificiales.
El Phlomis se usa en el arriate herbáceo, e incluso puede formar parte de los grupos arbustivos, ya que puede llegar a alcanzar una altura considerable. También es apropiado para taludes y rocallas.
Cuidados culturales del Phlomis
Se trata de una planta rústica en todos los aspectos, dado que tolera muy bien todos los tipos de suelos y terrenos, siempre y cuando, estos sean permeables, ya que la humedad constante en las raíces puede perjudicarlo. La especie Phlomis fruticosa es originaria de las regiones mediterráneas y del sur europeo y, suele ser un poco más exigente en cuanto al suelo, pues lo precisa ligero y fértil y, además, bien drenado.
Los Phlomis adoran los emplazamientos soleados, protegidos de los vientos fríos; no obstante, soportan muy bien la media sombra. Si bien, no poseen problemas de arraigo, la mejor época para plantar los Phlomis en la primavera-otoño, después o antes de los fríos. Por lo general, no requiere ningún tipo de poda para desarrollarse con una buena forma y florecer correctamente, aunque si fuera preciso, la toleran a la perfección
Propagación del Phlomis
El Phlomis se puede reproducir a través de la siembra semillas, operación que deberás efectuar en primavera y bajo cristal o semillero cubierto; en zonas de clima benigno. La siembra también se puede efectuar durante las primeras semanas de otoño. La especie P. fruticosa puede reproducirse a través de esquejes y se efectúa en verano.
Estos esquejes, se introducen en bandejas rellenas de un sustrato preparado a base de turba y arena en partes iguales. En primavera, trasplanta los esquejes al vivero o a macetas en donde tendrán que permanecer durante un año, y la próxima primavera, los esquejes ya estarán preparados para la plantación en su lugar definitivo.
Para la especie P. samia y P. viscosa, la mejor manera de reproducciones a través de la división de matas, que tendrá que efectuarse en primavera u otoño.
¿Qué opinas sobre estos cuidados y propagación del Phlomis? Deja tu comentario.