Plantando rosales en contenedor
Los rosales en contenedor pueden ser plantados en cualquier época del año, solamente evitar los días de grandes heladas y también suelos excesivamente encharcados. También tendremos en cuenta que en épocas muy calurosas y secas es fácil estresar a las plantas, por lo que seremos muy cuidadosos esos días.
Casi cualquier tipo de suelo será capaz de albergar rosales, aunque debemos de tender a elegir suelos bien drenados y con orientaciones soleadas de al menos 5 horas de sol cada día, muy importante que donde plantemos el rosal, este no tenga que competir con ninguna otra planta, sobre todo árboles, que puedan coartar el crecimiento de nuestro rosal.
Si lo que queremos es reemplazar rosales por otros en el mismo lugar se recomienda quitar la máxima tierra posible y reemplazarla con tierra que no haya albergado nunca rosales, esto nos ayudará mucho en el futuro.
Rosales cultivados en suelos arcillosos les vendrá muy bien abonados de al menos dos veces al año, después de la poda en febrero o marzo y justo después de la primera floración a finales de junio, mientras que los rosales cultivados en suelos arenosos normalmente menos fértiles se aconsejan los abonados mensuales a partir de marzo hasta julio. En suelos limosos serán necesarios tres o cuatro abonados desde marzo hasta final de julio.
Regaremos el rosal en contenedor copiosamente antes de plantar, prepararemos un agujero bastante más grande que la maceta que lo contiene y procederemos a su plantación. El injerto lo dejaremos unos dos centímetros por debajo del suelo. Prepararemos un buen sustrato, y colocaremos una cama de buena mezcla en el fondo del agujero. Procederemos a rellenar el agujero con una mezcla adecuada de sustrato, tierra del lugar, materia orgánica, harina de pesado, compost, etc, presionando primero ligeramente sobre el rosal y una vez colocado en su sitio presionando firmemente, dejando un hueco antes del nivel final de suelo para regar de nuevo copiosamente. Una vez colocado podemos podar ligeramente las puntas para promover nuevos brotes y consecuentemente nuevas floraciones.
Riegos y mulching.
Los rosales toleran muy bien los suelos secos, no obstante agradecen suelos ligeros, fértiles y húmedos sin encharcar. Creo que el mulching es de lo mejor que podemos hacer a nuestros rosales, cortezas, hojas, etc. serán capaces de mantener los suelos algo más fríos y mucho más fértiles, el exceso de calor y también la insolación aceleran de manera considerable la degradación de la materia orgánica, por lo que un buen mulching prologaran la vida de nuestros rosales considerablemente.
Sobre el riego, se aconseja regar abundantemente por la mañana, y durante el día mantener las hojas completamente secas, esto reducirá la incidencia de enfermedades. Evita riegos pequeños y constantes en el rosal.
Carlos Morales
www.gardencenterejea.com
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