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Existen dos tipos de árboles frutales, los de fruta de hueso (melocotonero o cerezo) y los de frutas de pepita (peral o manzano) y aunque cada uno tiene sus características de desarrollo, la poda de los árboles frutales tienen ciertas reglas básicas. Es por ello que es primordial saber cómo se hace.
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Poda de los árboles frutales
La poda de un árbol frutal consiste en cortar algunos tallos para poder permitir que el árbol fructifique de manera regular y pueda crecer de manera constante. Este debe llevarse a cabo de acuerdo a un par de reglas.
Primero hay que considerar a qué grupo pertenece el árbol, ya que los de frutas de semillas forman ramas en un año o más y pueden seguir dando frutos en los años siguientes. Mientras que los árboles de frutas de hueso solo dan ramas del año anterior. Esto quiere decir que aquellas que ya han dado frutos no volverán a producir, así que habría que identificar los tallos a cortar antes de empezar a podarlo.
Cómo podar los árboles frutales
Para la poda se necesitan herramientas adecuadas. Así que un serrucho o unas tijeras de poda se pueden adaptar a la labor. Estos deberán estar limpios y bien afilados para permitir realizar cortes precisos y evitar enfermedades. En caso necesario, es mejor desinfectar las herramientas con una solución de lejía o alcohol.
En cuanto a la poda, se deberá cortar unos 3 o 4 mm por encima. Los cortes grandes deberán ser tratados con algún producto cicatrizante como alquitrán vegetal.
Qué se debe cortar
Hay pocas reglas a seguir para saber qué parte de ramas hay que eliminar. Primero es necesario quitar aquellas ramas que consumen muchos nutrientes y las ramas antiestéticas. Esto incluye las ramas verticales que tiene mucha fuerza, las ramas mal posicionadas y las ramas que perturban la aireación de la copa. Así que esta operación traerá grandes ventajas como: más luz y aire entre las ramas y el tronco, lo que va a favorecer las acciones de la clorofila de las hojas, activar la vegetación y aportar el color a la fruta. Después se tendría que reducir la estructura de la copa al mínimo, en esta etapa se debe suprimir el excedente de ramas frutales.
Qué se debe conservar
Se recomienda conservar las ramas frutales que se encuentran cerca de la rama madre. Asimismo, lo ideal es dejar las ramas jóvenes, ya que en ellas suelen producirse los mejores frutos. De hecho, el podar un árbol frutal va alterar el equilibrio de las partes del árbol y va a retardar la fructificación. Asimismo, es esencial mantener la forma y el tamaño, es decir considerar las dimensiones que corresponden al rectángulo de la mayor anchura del árbol.
Aspectos clave
Si el crecimiento es vertical, el árbol va a concentrar su fuerza y puede conservar sus extensiones inferiores e ir acortando conforme se acerca en la parte superior. Así que habría que cortar las ramas para poder activar la vegetación, favorecer la fructificación y calmar el desarrollo de hojas.