Poinsettias: Estrellas de Navidad!
¿Es posible imaginar una Navidad sin flores de Pascua? Los obtentores reinventan los colores de la poinsettia para que siga siendo la reina de las Fiestas: amarillo limón, blanco crema, rosa chicle, magenta, salmón… Los arreglos hacen el resto.
Las aterciopeladas brácteas de la flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) son hoy rojas, rosadas, incluso blancas, amarillas y variegadas gracias a la incansable labor de los obtentores. Así pues, sus posibilidades decorativas, lejos de agotarse, se renuevan año a año.
Si quieres que la flor de Pascua se conserve mucho tiempo aléjala de los lugares muy caldeados por la calefacción y riégala por inmersión dos veces por semana.
Unas poinsettias amarillas combinadas con manojos de palos de canela y ramitas de pino dentro de un tiesto de acabado rústico puede convertirse en un centro de ideal para decorar la mesa de casa o el mostrador de un restaurante. Una flor de Navidad de color magenta dentro de un jarrón o un bol de acero inoxidable, o una poinsettia roja dentro de un recipiente blanco componen un detalle navideño que no necesita mucho más para resultar sumamente atractivo.
Quien no quiera renunciar a los globos típicos o al espumillón puede llenar con ellos un jarrón de cristal del que asome una poinsettia blanca. O conjugar el dorado de las Fiestas con el verde de las hojas y los tonos asalmonados de las nuevas variedades.
A falta de espumillón, algo mucho más natural y a la última: ramitas gris plata de Calocephalus, ideales para realzar unas flores de Pascua amarillas dentro de un cubo oscuro que ofrezca contraste. Y puestos a realzar, ¿por qué no colocarlas rodeadas de piñas de coníferas y nueces? En fin, los adornos con poisettias pueden jugar con el cristal, el metal, los detalles de paños de colores, lanas y telas, las luces y guirnaldas… la imaginación es libre. Ahora bien, ¿cómo lograr que dure todas las Fiestas y sobreviva hasta el año próximo? Conocer su origen ayudará a saber cómo cuidarla.
EL ORIGEN DE LA FLOR DE PASCUA
Esta atractiva planta tropical es en origen un arbusto de la familia de las euforbiáceas, es decir, pariente del ricino y el árbol del caucho. Sus grandes brácteas de colores son en realidad hojas modificadas que rodean a las verdaderas flores, muy diminutas. Las hojas, siempre de un intenso verde, suelen tener pecíolos rojizos. Cuidado con el látex que liberan al quebrarse: irrita la piel.
Cómo cuidarla
En el Hemisferio Norte, habitualmente se utiliza la poinsettia como planta de interior; pertenece a la lista de especies capaces de limpiar el aire de impurezas y gases tóxicos (ver en la web). En las zonas cálidas de España también se puede plantar en exteriores.
• Sustrato: Necesita un suelo fértil, suelto y poroso; precisa humedad constante, pero no soporta el encharcamiento.
• Luz: La luz natural le es imprescindible para mantener el color, pero el sol directo podría quemarla. Es importante que no reciba luz por la noche, ya que las brácteas de las flores nuevas no se colorearán.
• Humedad y riego: La humedad y el riego son los aspectos más críticos del cuidado de esta planta. Conviene regarla dos veces por semana, sumergiendo la maceta de 10 a 15 minutos en un recipiente con agua. Como buena planta tropical, el exceso de sequedad ambiental la perjudica hasta provocar la caída de las hojas. Se debe colocar en un lugar alejado de los radiadores y chimeneas.
• Temperatura: La temperatura no debe exceder los 23 grados durante el día ni bajar de 16 grados por la noche.
Para que vuelva a colorear sus brácteas el año próximo se debe mantener en total oscuridad de septiembre a noviembre, es decir, los tres meses previos a la floración, pero no es fácil tener éxito.
Fuentes [verdeesvida]