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La Prímula pertenece a la familia de las Primulaceae y es conocida también por su nombre común Primavera. En este grupo se encuentran muchas de las flores de interior más populares, que desarrollan flores coloridas y numerosas, a veces aromáticas, en primavera e invierno, por lo que son ideales para alegrar las ventanas durante los meses más fríos del año.
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Este amplio y conocido grupo ha llamado la atención de los botánicos durante muchísimos años, quienes han decidido dividirlo en 30 secciones diferentes. Algunas plantas crecen mejor en el jardín, pero muchas de las especies de exterior pueden constituirse como plantas de interior; si las llevas al jardín luego de la floración, puede que continúen formando flores y multiplicándose año tras año.
Una de las especies interior más conocidas es la Prímula malacoides, que se caracteriza por sus hileras de perfumadas flores, con forma de estrella, en diversas tonalidades de blanco, púrpura y rojo, que crecen sobre tiernos tallos. La época principal de floración de las especies de interior de la Prímula es a mediados de invierno y principios de primavera, aunque algunas suelen florecer de manera esporádica durante el verano. Aunque son plantas perennes, muchas veces se las trata como anuales.
Cuidados de la Prímula en primavera y verano
La época de floración de la Prímula termina a finales de la primavera, aunque la especie p. obconica puede continuar floreciendo de manera ocasional. Mantén tus plantas frescas a lo largo de todo el verano, entre 10-16 °C, y colócalas en un sitio iluminado, pero no expuestas directamente al sol. Es fundamental que la atmósfera esté aireada y que las riegues regularmente para que el compost se mantenga húmedo.
Plántalas y trasplántalas a finales de verano, justo antes de que empiece el período de desarrollo activo, usando un buen compost. Trasplántalas en años alternos, colocándolas en recipientes de mayor tamaño que los anteriores hasta llegar a una medida máxima de 15 cm de diámetro. Si la planta creciera mucho más, lo mejor será dividirla y plantar las partes por separado. No alteres la mata de raíces al trasplantarlas e introdúcelas en nueva maceta y agrega más compost.
Los años en los que no trasplantes a la Prímula, realiza abono de superficie, sustituyendo la capa superior de compost entre unos 2,5 cm a unos 5 cm por tierra nueva. Retira las hojas muertas o marchitas y ve incrementando de a poco la cantidad de agua para que las plantas crezcan nuevamente.
Cuidados de la Prímula en otoño e invierno
La temperatura mínima que puede llegar a tolerar la Prímula es de 7 °C y la máxima recomendada es de 16 °C. Para sobrevivir precisan buena luz, en especial cuando las horas de luz natural empiezan acortarse. No obstante, protégelas del sol directo y de las corrientes de aire frío. Riégalas regularmente para que el compost se mantenga húmedo y cada 15 días agrega un fertilizante líquido al agua, empezando en otoño, cuando surjan los primeros pimpollos.
Para que la atmósfera se mantenga húmeda coloca las macetas sobre piedrecillas mojadas o pulveriza las plantas con agua tres veces por semana, pero no mojes las flores. Si deseas prolongar el período de floración, corta las flores marchitas y retira las hojas muertas o amarillentas.
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Si llegaran a aparecer los primeros síntomas de botritis, trata la planta de inmediato, y si la enfermedad estuviera avanzada, deshazte de ella o corta y destruye las partes afectadas y trata la Prímula con un fungicida con base de benomil. El pulgón verde y la araña roja también pueden atacar la planta. Usa un insecticida con base de piretrina para combatir el pulgón y uno con base de malathion para la araña roja.