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Muchas veces encontramos variedades de frutas que resultan agradables por su sabor o son resistentes a plagas, por lo que deseamos volver a tenerlas en el huerto. Así que simplemente habrá que realizar un injerto a ese frutal para que al colocar las nuevas púas comience a dar frutos.
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Cómo es el proceso de las púas de injertos
Por lo regular, las púas de los injertos se toman antes de realizar el injerto y muchas veces no se puede injertar al momento.
Además, es importante que los frutales estén muy brotados. Esto quiere decir que cuando se realice el injerto en el árbol patrón ya estén retoñando las yemas de la primavera
Por tanto, muchas ramas se recogen a mediados del invierno, conservando perfectamente bien las púas para evitar que se sequen por el corte o por falta de humedad.
Una vez con la púa, es primordial conservarla y guardarla hasta el día que se haga el injerto, siendo un proceso muy fácil.
Métodos para guardar injertos
Injerto en paño para nevera
- Toma la rama y corta la parte de abajo de la misma (en forma diagonal).
- De la parte central corta de nuevo (aproximadamente de unos 15 cm de largo), respetando unas 5 yemas. La mitad superior que ha quedado no se requiere, así que deséchala.
- Enseguida sumerge las púas en un recipiente con agua.
- Ahora sumerge un paño de algodón en el mismo recipiente y escurre, de modo que quede húmedo pero no en exceso.
- Extiende el paño y coloca las púas, envuelve para que quede apretado.
- Ahora enrolla con un plástico, pero que no sea traslucido para evitar que pase la luz. Sujeta con la ayuda de unas ligas o gomas para que no se abra.
- Recuerda que deberás anotar la variedad para no confundirse.
- Solo resta guardar en la nevera para hacer el injerto.
Injerto en botella
- Toma la rama y corta las cañas para que entre en la botella.
- Si el tamaño de la rama es largo, se puede cortar en dos para hacer dos injertos y, con ello, aprovechar.
- Ahora solo queda meter en una botella, de preferencia color oscuro. Luego tapar con un corcho.
- Llevar a un lugar oscuro y seco, sin humedad para evitar reaviviar la savia.
- Está técnica funciona por unas semanas y no más, ya que la rama se termina por secar y el trabajo será nulo.