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El término xerojardinería proviene del griego xeros que quiere decir “seco”. Los primeros en utilizarlo fueron los americanos en los años 70 como consecuencia de una época grave de sequía al oeste de Estados Unidos.
El buen uso de los recursos y su bajo consumo de agua permitió la creación de espacios estéticos y sostenibles.
Es por ello que hoy en día muchas personas optan por la xerojardinería para tener un lugar propio a la vez que sea respetuoso con el medio ambiente.
Así que sigue leyendo para que te enteres qué es la xerojardinería y cuáles son las plantas más utilizadas para dicho concepto.
Qué es la xerojardinería
La xerojardinería es la creación de jardines diseñados para minimizar el consumo de agua debido al uso de los recursos útiles para su óptimo crecimiento de especies ornamentales afines. Cabe aclarar que no habría que confundir el consumo eficaz o reducido con falta de riego. De igual forma, las especies utilizadas para ello no se reducen solo a suculentas.
El objetivo de nuestro jardín es obtener una máxima sostenibilidad, minimizando el consumo de agua y manteniendo su función estética para poder preservar el medio ambiente.
De hecho, es una opción muy recomendada para jardines urbanos, ya que además de reducir el consumo de agua, se incorporan otros elementos que enaltecen su valor ecológico como es, un bajo consumo energético, la utilización de abonos e insecticidas naturales y la colocación de elementos reciclados.
Para saber si el jardín cumple con los requisitos para ser considerado un xerojardín es muy fácil. Este consume tan solo una cuarta parte del agua que utiliza un jardín convencional. Incluso cuenta con una riqueza de flora y fauna autóctona capaces de convivir y crecer con los mismos requisitos de temperatura y humedad.
Principios básicos para crear un xerojardín
Para ayudarnos en esta técnica nos serviremos de unos principios básicos.
Diseño. Cuando se planifica un jardín habría que tener en cuenta la climatología de la zona, la vegetación existente, la topografía, el uso previsto del jardín, la creación de zonas vegetales con los mismos requerimientos de agua (bajo, moderado, elevado). La inclusión de zonas de sombra, ya sea naturales o artificiales, pueden tener una respuesta muy positiva en la reducción de temperatura del jardín y evaporación de agua (humedad).
Estudio del suelo. La importancia de saber con qué tipo de suelo contamos, estructura, textura, etcétera nos ayudará a conocer la capacidad de retención de agua. El posible drenaje y las zonas donde es preciso aplicar enmiendas.
Selección de plantas adecuadas. Seleccionar las plantas autóctonas o adaptadas al medio una vez establecidas en el jardín. Estas pueden mantenerse con poco aporte de agua. Por otro lado, la elección de la planta acorde a las zonas que disponemos dentro del jardín nos ayudará a minimizar los gastos.
Riego eficiente. Dimensionar el riego a la superficie y necesidades del jardín, la utilización de goteros, microaspersores, siempre eficientes y de menor gasto. Regar siempre “in extremi” cuando las plantas realmente lo necesitan, ya que de esta manera las raíces profundizarán más y en los períodos de sequía las plantas lo soportarán mejor.
Uso de cubiertas en el suelo. Una de las técnicas más importantes empleadas en xerojardinería, es la utilización de coberturas de suelo. Estas atenúan la erosión, reducen la cantidad de malas hierbas (competencia), sobre todo minimizan el consumo de agua, ya que evitan en gran medida la evaporación del agua superficial.
La xerojardinería brinda la oportunidad de ser productivo y muy creativo. Además, promueve la actividad física, permite estar al aire libre y reducir el estrés.
Mantenimiento adecuado. El buen manejo de los principios de la xerojardinería minimizan el mantenimiento frente a la jardinería tradicional. Se debe evitar los cortes demasiado frecuentes del césped para que la planta desarrolle las raíces, reduciendo las necesidades de agua. Además, impedir los abonados excesivos sobre todo los nitrogenados, ya que a más masa vegetal, más gasto de agua.
Plantas aptas para jardines xerófilos
Al momento de adquirir plantas para usar en el jardín, es posible caer en el error de utilizar solo crasas o suculentas y cactus. Sin embargo, el mundo del xerojardinería permite una amplia gama de posibilidades. Incluye el uso de árboles, trepadoras, arbustos y tapizantes. La idea principal es crear un ecosistema rico que coexistan especies llamativas y coloridas, las cuales sean capaces de crecer bajo condiciones específicas.
En la xerojardinería también se utilizan arbustos y matas para crear un refugio para aves, insectos y pequeños mamíferos. Dentro de ellos destacamos los siguientes:
- Coprosma
- Cotoneaster
- Lantana
- Mirto
- Plumbago
- Saúco
- Pitósporo
- Espino
- Hibisco
- Adelfa
- Lentisco
Las plantas trepadoras también tienen un espacio en el cerro jardín, ya sea para dar color y embellecer el lugar, o bien, para cubrir una rocalla.
- Uña de gato
- Hierba doncella
- Aliso marítimo
- Felicia
- Alcaparra
Dentro de los árboles más utilizados en xerojardinería está:
- Acacia
- Cercis
- Morera de papel almez
- Casuarina
- Olivo
- Eucalipto
- Ficus
- Higuera
- Callistemo
- Jaracanda
- Algarrobo
- Chorisia
- Grevillea
Las crasas o suculentas para un xerojardín son:
- Aloe
- Euphorbia
- Opuntia
- Agave
- Kalanchoe
- Yuca
- Pata de elefante
- Árbol de jade
- Draco
- Cotiledón
- Portulacaria
- Sansevieria
También es común utilizar palmeras o coníferas. Lo que importa es que todas ellas pueden coexistir entre sí. Así que no es necesario limitarse a un tipo de especie para poder conseguir un xerojardín funcional. No lo dudes más y anímate a crear un espacio sostenible con personalidad para llevarse vida al jardín. Asimismo, vale la pena saber qué es el sistema permacultura y sus ventajas para ampliar el panorama.