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El repilo (Spilocaea oleagina) es una enfermedad exclusiva de los olivos. Se trata de un hongo que se presenta en forma de manchas circulares y oscuras, pero algunas veces son claras por el interior con un cerco amarillo. Se pinta sobre el haz de las hojas, aunque también puede afectar las aceitunas.
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Prevención del repilo
Para que se pueda originar el desarrollo y la infección de esta enfermedad se necesitan temperaturas leves y cierto grado de humedad, siempre y cuando las circunstancias no sean son favorables.
El período de riesgo es muy amplio, ya que abarca desde el otoño hasta la primavera. La sequedad ambiental y el calor no le ayudan, al igual que los inviernos fríos. En lo que respecta a la niebla, el rocío y la acumulación de agua en las hojas son suficientes para poder desencadenar el problema. Así que para evitar todo esto es conveniente una buena aireación de la copa y una buena poda que facilite la entrada de luz y aire.
Las variedades de olivo son susceptibles a esta micosis, aunque existen algunas que tienen mayor resistencia.
- Variedades resistentes: Leccino, Picudo de Montoro, Megaritiki
- Variedades más resistentes: Lechín de Sevilla, Farga, Galega vulgar, Cipressino, Villalonga, Pequeña casa Ibáñez, Arbosana, Fratoio, Manzanilla de Hellín y Koneiki.
Tratamiento del repilo
En lugares con prevalencia a esta afección suelen emplearse fungicidas en otoño y a finales del invierno, a modo que se prevenga. La elección de la materia activa está limitada en ciertos casos.
En cuanto a la jardinería se puede utilizar un fungicida cúprico (oxicloruro de cobre, sulfato de cobre u oxido cuproso) dodina y difenoconazol. Mientras que en la agricultura, además de las anteriores hay otros tratamientos como hidróxido cúprico, Mancozab, Tebuconazol, Kresoxim-Metil, Sulfato cuprocálcico, Trifloxistrobin y Bentiavalicarb Isopropil.
Es importante considerar que durante la aplicación se debe colocar en la parte baja de la copa, ya que es la zona más sensible del olivo a esta infección.
Ten en cuenta las especificaciones que figuran en el envase para que se pueda tener una erradicación efectiva. Al usar el sulfato de tribásico de cobre 19%, la dosis en este caso deberá ser de 0,6 a 0,8%, lo que quiere decir que se tiene que diluir entre 60 y 80 mililitros de producto por cada 10 litros de agua. Además, se precisa un plazo de seguridad de 15 días, antes de la recolección.
Imágenes cortesía de: Laboratori Sanitat Vegetal, cmunozmorales,