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La cultura es todo aquello que pertenece al hombre, la rosa no podía quedar al margen, el uso de citas en todo tipo de textos es común y frecuente.
La rosa sale es nombrada en cientos de citas en todo tipo de lenguas, no hay escritor vivo ni escritor de renombre que no haya utilizado la rosa en alguna de sus citas o aserciones.
El mundo de la rosa es cultural, las citas están unidas a la erudición y la erudición es sinónimo de sabiduría y buen hacer.
Citas con rosas
¿Qué hay en un nombre? Aquello a que nosotros llamamos rosa, por cualquiera otra palabra olería tan dulce. (William Shakespeare, Romeo and Juliet act II, sc. ii)
Corazones hambrientos lo mismo que otros cuerpos; danos pan, pero danos también rosas
James Oppenheim, (Bread and Roses)
Una rosa es una rosa, es una rosa una rosa (1913), un poema incluido in Geography and Plays. (Gertrude Stein, Sacred Emily)
En el jardín de la Iglesia se cultivan: Las rosas de los mártires, los lirios de las vírgenes, las yedras de los casados, las violetas de las viudas.
(San Agustín)
¿Qué hombre inteligente si le dieran a elegir escoger entre vivir sin rosas o vivir sin berzas no correría a asegurar las berzas?
(George Bernard Shaw)
He mirado a las rosas y me he acordado de ti. (Juan Ramón Jiménez)
Prefiero tener rosas en mi mesa que diamantes en mi cuello. (Emma Goldman)
La que ayer fue capullo, es rosa ya, y pronto agostará rosas y plantas el calor estival.
(Rosalía de Castro)
Hay que regocijarse de que las espinas estén recubiertas de rosas. (M Muggeridge)
Antes de acabar de contar los pétalos de una rosa, mínimo te encajas 3 espinas. (Jahaziel c)
Esto es un pequeño listado, hay miles más.
Entre el clavel y la rosa, su majestad es coja. (Francisco De Quevedo)
La gente lleva rosas y hace promesas en cada momento, mi amor ríe como las flores, los Valentines no pueden comprarlo. (Bob Dylan)
El matrimonio es como la vida real; un campo de batalla y no un lecho de rosas. (Robert Louis Stevenson)
¿Puede uno recordar el amor? Es como tratar de evocar el aroma de las rosas en un sótano.
Puedes ver la rosa, pero nunca el perfume. (Arthur Miller).
Citas anonimas
El que dé rosas de comer al burro, cobrará con un rebuzno. (Anónimo)
Dale de comer rosas al burro y te responderá con un rebuzno. (Anónimo)
Hasta las rosas más finas, también tienen sus espinas. (Anónimo)
Las mujeres más hermosas, no siempre huelen a rosas. (Anónimo)
Todas las rosas del mundo por mis amigos, aunque algunos me paguen con sus espinas.
(Anónimo)
Ni las reinas más hermosas, orinan agua de rosas. (Anónimo)
No quiero rosas mientras haya rosas, las quiero cuando no las pueda haber.
(Anónimo)
Revueltas andan las cosas; las ortigas con las rosas (Anónimo)
Cuida el jardín en invierno para tener rosas en verano. (Anónimo)
En mi jardín se cuentan las hojas no las rosas, en mis noches se cuentan las estrellas no las nubes, en ella se cuentan sus sonrisas no sus lagrimas. (Anónimo)
Las mujeres son como pétalos de rosas, los hombres sus espinas. (Anónimo)
Las Rosas nacen entre espinas. (Anónimo)
Te llamé para decirte que te mandé rosas tristes y que en cada hoja de las rosas están pedazos de mi corazón. (Anónimo)
Poéticamente tan bien innumerables como este poema y/o fabula de Juan Ramon Jimenez
Angelus
Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas, blancas, sin color… Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las manos… ¿Qué haré yo con tantas rosas?
¿Sabes tú, quizás, de dónde es esta blanda flora, que yo no sé de dónde es, que enternece, cada día, el paisaje y lo deja dulcemente rosado, blanco y celeste – más rosas, más rosas-, como un cuadro de Fra Angélico, el que pintaba la gloria de rodillas?
De las siete galerías del Paraíso se creyera que tiran rosas a la tierra. Cual en una nevada tibia y vagamente colorida, se quedan las rosas en la torre, en el tejado, en los árboles.
Mira: todo lo fuerte se hace, con su adorno, delicado. Más rosas, más rosas, más rosas…
Parece, Platero, mientras suena el ángelus, que esta vida nuestra pierde su fuerza cotidiana, y que otra fuerza de adentro, más altiva, más constante y más pura, hace que todo, como en surtidores de gracia, suba a las estrellas, que se encienden ya entre las rosas… Más rosas… Juan Ramón Jiménez.
Y como no podía ser de otra manera las rosas no solo han estado presentes en lo alegórico y/o eterno, sino fisicamente en la vida real y cultural del hombre, en este caso como elemento de adorno.
Rosas en los ojales
La moda masculina de lucir una rosa en el ojal se ha perdido excepto en las bodas, en las que el ojal es una creación festiva de color. En tiempos, el hombre que llevaba una flor en el ojal señalaba a las mujeres su disponibilidad y voluntad de responder a cualquier acercamiento amoroso que pudiera hacerse.
Tan popular llego a ser vestir un ojal que al principio del siglo XX se fabricaban tubitos de metal para adaptarlos a las solapas de la chaqueta. Podrían llenarse de agua para mantener la flor fresca todo el día.
Los ojales estaban de moda tanto en Europa como en Gran Bretaña y ningún caballero se dejaría ver sin uno. Algunos hombres seguían esta moda con tal dedicación que no vestían una rosa del mismo color dos veces en una semana.
Por los años 1740, los jardines de flores se hicieron populares y los patrones florales comenzaron a aparecer en la ropa de los hombres.
El pintor, Thomas Gainsborough, retrató al capitán William Wade de Bath, Inglaterra en 1771 con un ramo de flores en el ojal superior. Como puede ver en la imagen, las solapas, tal como las conocemos hoy, con
muescas o picos, no han cambiado mucho desde entonces.
En la década de 1780, el Redingote (un abrigo de montar) se usaba ocasionalmente con los cuartos superiores partidos, muy parecidos a una solapa.
La moda en el pasado
Este tipo de abrigos, fueron esenciales en el desarrollo del uso de los motivos florales en la vestimenta.
Entonces, ¿cómo comenzó esta tradición?
Seguramente, el ramo de flores y el ramo de novia fueron creados por razones similares: para protegerse de malos olores, enfermedades y espíritus malignos. Lo mismo podremos decir de las rosas en las solapas.
En nuestro días, Rosas, Orquídeas, Stephanotis, Tulipanes, Calas, e incluso diferentes tipos de bayas han sido los pilares de los ojales en los últimos años.
Los claveles y las gardenias se usaron con mayor frecuencia en décadas pasadas, y han caído un poco en deshuso, pero seguro volverán a encontrar su lugar.
Para aquellos que se alejan del aspecto floral, siempre hay opciones más masculinas, si se quiere: helechos , ramitas, flores de metal o hierbas en general que producen excelentes efectos.
Vamos que cualquier escusa es buena para portar una rosa y llamar la atención.