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La Saxífraga es un género formado por plantas atractivas, asociadas con las plantas de rocalla de exterior. Hay 350 especies que forman el grupo y la mayoría son extendidas en Asia, Europa y Norteamérica. No obstante, solamente una especie se presta para ser cultivada como planta de interior. La Saxífraga sarmentosa forma rosetas abiertas de hojas fuertes y anchas, muy similares a las del Geranio.
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Las hojas son de color verde intenso y redondas, de 10 cm de diámetro, con bordes lobulados, venas y marcas plateadas y de color púrpura en la cara posterior. Produce brotes largos y colgantes que tienen un parecido con los estolones de la fresa. Este puede llegar a medir hasta 90 cm de largo, por lo que la ubicación más apropiada para esta planta es en una cesta colgante. En verano, produce abundantes y llamativas espigas de flores con forma de estrella, de color blanco o rosa, con el centro amarillo.
Cuidados en primavera y verano
Trasplanta la Saxífraga en invierno y primavera en una maceta con buen drenaje y cámbiala de maceta a una más amplia a medida que sea necesario. Si tu Saxífraga se encuentra en una cesta colgante, forra esta con una capa gruesa de musgo esfagnáceo y después rellena con compost. El drenaje es primordial, ya sea en una maceta o en una canasta.
Riega abundantemente para que el compost se encuentre siempre húmedo y de vez en cuando, rocía el follaje con agua para mantenerlo fresco. Agrega un fertilizante líquido al agua, cada mes o mes y medio. Una temperatura estival entre 16 y 18 °C está bien, pero si fuera superior, deberás incrementar la cantidad de humedad rociando la planta o colocando la maceta sobre una bandeja con piedras mojadas; en el caso de las cestas colgantes, puedes colocar un plato de agua suspendido debajo de la misma.
No permitas que tu planta permanezca el sol, pero tampoco la coloques a la sombra. Un poco de sol directo cada mañana ayudará a mantener el color de tu Saxífraga.
Cuidados de la Saxífraga en otoño e invierno
La temperatura puede bajar hasta los 7 °C, pero asegúrate de que la planta se encuentre bien resguardada de las heladas. Mantenla bien iluminada, aunque no debe quedar expuesta al sol. Riega apenas y procura que tenga siempre una buena ventilación.