El suculento huerto de invierno se siembra en verano
Coles, lombardas y coliflores. Acelgas, espinacas y borrajas. Escarolas y lechugas de invierno. Zanahorias, remolachas, nabos, puerros… El huerto de otoño-invierno es de lo más variado, alimenticio y sustancioso.
En la mayor parte de España es posible cultivar el huerto todo el año, de modo que también en los meses más fríos se puede llevar a la cocina una gran variedad de hortalizas recién cosechadas que, combinadas con los productos recolectados en verano que se pueden almacenar, como las calabazas, permitirán elaborar deliciosos platos con verdura propia.
La preparación del huerto de otoño-invierno comienza en junio, por lo tanto se le debe reservar un lugar distinto del que se destina a los cultivos de verano.
Una buena opción, tanto si quieres evitarte trabajo como si no haces las siembras en verano, es comprar planteles en tu centro de jardinería.
• Preparar el terreno: A principios de junio remueve el terreno con ayuda de una azada o motoazada e incorpora estiércol maduro a razón de 3-5 kilos por metro cuadrado, sin olvidarte de enterrarlo de inmediato, ya que el calor del verano evaporaría a toda velocidad el nitrógeno que contiene.
• Diseñar el huerto: Una vez abonado, diseña el huerto teniendo en cuenta la rotación de los cultivos (no debes repetir el mismo cultivo en el mismo terreno). Si cuentas con riego por goteo o manguera de exudación podrás dejar el terreno plano; si riegas con manguera tendrás que trazar surcos por donde pueda correr el agua.
• Prevenir la aparición de malas hierbas: Para disminuir la aparición de malas hierbas, que podrían ahogar las plantas recién nacidas, conviene dar un riego unos días antes de plantar, esperar a que germinen, escardarlas y sembrar a continuación. Esta acción, llamada falsa siembra, evitará que tengas que escardar el cultivo recién germinado, lo cual es muy laborioso.
• Qué sembrar: Fíjate en el calendario de siembra y recolección en la hemeroteca online.
¿Semillas o planteles?
• Cómo sembrar: Siembra directamente sobre el terreno las especies que se cultivan por su raíz o bulbo (a excepción del puerro), ya que no toleran el trasplante, y las espinacas y acelgas. Las zanahorias se siembran a chorrillo, es decir, esparciendo las semillas en un pequeño surco abierto con el mango de la azada, que después debes tapar con arena de río. El resto de las especies se siembran a golpes, teniendo en cuenta las distancias de plantación y el número de semillas por golpe que vengan indicados en el sobre de semillas.
• Mientras germinan las semillas, mantén la superficie del terreno húmeda hasta que broten las plantas, momento en el que podrás disminuir la frecuencia de los riegos.
• Aclareo: Cuando las plantas estén lo suficientemente arraigadas y muestren entre tres y cuatro hojas deberás dejar la que se vea más fuerte y eliminar las sobrantes manteniendo la distancia indicada en el caso de las siembras a chorrillo, o el número de individuos deseado por golpe.
• Usar planteles: Conseguir buenos planteles para el huerto exige cierta experiencia, especialmente en el caso de coliflores y brócolis. Por ello, una buena opción, tanto si quieres evitarte trabajo como si no has hecho las siembras en verano, es comprar planteles en tu centro de jardinería.
• Cuándo llevar los planteles al terreno: Tanto si plantas planteles como si haces el trasplante del semillero al terreno, el mejor momento para llevarlos al suelo es a última hora del día. Mantén las plantas muy bien regadas durante la primera semana hasta que arraiguen definitivamente.
Protecciones contra el frío
• Campanas, túneles e invernaderos de plástico te servirán para proteger las plantas más sensibles contra el frío. También puedes valerte de una fibra sintética llamada manta térmica, que permite la transpiración y el paso del agua y la luz, pero produce un aumento de la temperatura de dos a cinco grados en su interior. Es muy ligera y puede colocarse sobre los cultivos sin necesidad de ninguna estructura.
• La cosecha: Los brócolis y coliflores se recogen según se abren las flores. El resto de los cultivos se pueden mantener en el terreno e ir cosechándolos según se vayan a consumir, ya que en tierra se conservarán mejor que en la nevera o la fresquera. El final de la huerta de otoño-invierno lo marca la subida de la flor de los cultivos, que se produce con la llegada de la primavera.