Tillandsia

Con la Tillandsia puedes conseguir efectos decorativos muy interesantes

La Tillandsia es un género que se denomina así en honor a Elías Tillands, un profesor finlandés. Este grupo de plantas engloba a 400 especies distintas, cuya apariencia varía enormemente. El mayor número son epífitas, es decir, que viven en las ramas de los árboles y se alimentan de la humedad ambiental y de sus raíces. Este hábito suyo nos indica que prefieren no enraizar en recipientes de compost, sino sobre un trozo de madera o corcho.
Tillandsia
La Tillandsia, también conocido como clavel de aire o planta de aire cuenta con un follaje cubierto de diminutas escamas grisáceas y peludas que actúan como una esponja para absorber la humedad del aire y filtrarla mediante el tejido de sus hojas. Un rociado a diario será suficiente para mantenerlas florecientes. Sus flores son de corta vida, pero sus brácteas están repletas de color y duran muchas semanas.

Cuidados de la Tillandsia durante todo el año

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En verano puede resistir temperaturas de hasta 27 °C; pero mantén a tu planta alejada de la luz solar directa. Rocíala regularmente si el tiempo es caluroso hasta dos veces al día, y si es posible usa agua de lluvia; sino agua hervida. Agrega fertilizante líquido débil en aerosol cada cuatro semanas, una cuarta parte de la cantidad aconsejada.
La Tillandsia tiene forma de rosetón, así que riégala llenando la copa central sin dejar nunca que se seque. El agua del rociado tiende a caer a lo largo de las hojas y llenar la copa; esto muy útil sobre todo si es demasiado pequeña para ser llenada directamente, por lo que se aconseja rociar la planta siempre desde arriba.
Cuando hace calor, a la Tillandsia le sienta muy bien ser colocada en el exterior, a la sombra de un árbol, pero debes seguir rociándola. Pequeñas flores surgen entre las brácteas a finales del verano o en otoño. En cuanto al rosetón haya florecido, empezará a morir, aunque puede pasar un año antes de que el follaje comience a hacer mal efecto. Entonces es cuando deberás dividir la planta.
La temperatura en invierno no debe descender de los 15 °C y la situación ideal es una luz filtrada; ni una sombra muy densa ni la luz directa del sol. Concédele buena circulación de aire, pero sin corrientes frías y no la expongas al riesgo de heladas. Rocía regularmente cada día, no demasiado, preferiblemente en las primeras horas.

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