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La Carpocapsa o polilla del manzano, cuyo nombre científico es Cydia Pomonella es la plaga del cultivo de los manzanos, la cual puede llegar a provocar daños severos en plantaciones hasta el grado de ocasionar la pérdida completa de la cosecha. Otros cultivos que también pueden verse afectados por este insecto es el peral, el nogal y el membrillo. Hospedantes secundarios puede ser el albaricoque, la cereza, la nuez, el melocotón y el ciruelo.
Ciclo de vida de la carpocapsa
La Cydia Pomonella vive al interior de los frutos. Su ciclo pasa por distintos estados: huevo, larva, pupa y mariposa. Siendo la larva, el estado más dañino. Los adultos son de hábitos crepusculares y precisan para la cópula y oviposición de una temperatura superior de 15,5˚C. Si la temperatura no se mantiene de entre 2 a 3 semanas, las hembras mueren sin reproducirse.
Los huevos son depositados en forma aislada sobre las hojas próximas o directamente sobre los frutos. El período de incubación puede variar, según la temperatura. Las larvas recién emergidas buscan frutos y penetran en los mismos para alimentarse de las semillas. Suelen pasar 5 estadios y completar su desarrollo durante 20 a 40 días. Las larvas maduras abandonan los frutos y se dirigen a los troncos para empupar.
Los adultos emergen durante 20 a 30 días. Así que la carpocapsa requiere para completar una generación de aproximadamente 600 grados días con una temperatura inferior a 11˚C y superior a 35˚C. La población invernante está compuesta por larvas de primera, segunda y tercera generación, aportando 30, 50 y 100% de individuos respectivamente. Así que el desarrollo de esta plaga depende de la temperatura.
Carpocapsa: síntomas y daños
Las larvas causan daños en los frutos y, por tanto, quedan inservibles. Al introducirse en ellos para alimentarse y salir en invierno para empupar. La fruta dañada es reconocible por orificios con borde marrón en la piel. Debajo de los agujeros, la larva ha excavado una galería hacia el corazón del fruto. Esta galería puede contener excremento marrón granulado de la plaga. La fruta dañada madura antes que una fruta sana y, por ende, cae antes de tiempo.
Factores que propician su aparición
- Proximidad a fuentes luminosas como urbanizaciones, autopistas, etcétera.
- Vertederos incontrolados, sobre todos los apilamientos de palets.
- Parcelas abandonadas con frutales o apilamientos de madera de frutales (cortadas hace menos de un año).
- Arboles-refugio como los nogales, perales, manzanos descuidados o expuestos al viento.
Cómo combatir la carpocapsa
Al ser una plaga directa que ataca la fruta, es necesario implementar medidas de control para combatir la carpocapsa y evitar daños a las plantas.
Capturas con feremonas
La aplicación de este método debe colocarse en los árboles y verificar la abertura. Enseguida poner un dispensador de feromona en cada una de las trampas y cambiar según la duración específica por el fabricante. Checar las trampas una vez por semana. Después del conteo, eliminar los insectos capturados de la trampa.
Fauna auxiliar
Con respecto a la fauna auxiliar, no puede mantener a esta plaga bajo control, pero si puede minimizar el ataque. Así que pare ello se encuentra la Crisopa que depreda los huevos de la carpocapsa, los pájaros que destruyen las larvas invernantes, por lo que se aconseja colocar nidos de pájaros a la sombra a 1 ½ m de distancia sin sobrepasar 10 nidos. Asimismo, se emplean gallinas, patos u ocas entre los frutales, así como algunos Icheneumónidos (avispas parasotoides).
Trampas de cartón rizado
Esta técnica es eficaz en árboles aislados o pequeñas fincas frutales. Consiste en disponer y enrollar un cartón rizado sobre el tronco frutal. Colocar las trampas antes de terminar la primera generación y destruir después de la cosecha. De tal forma, que las larvas hagan sus capullos en los alvéolos del cartón al descender del árbol. Pero si no conoces mucho al respecto, descubre algunos tipos de trampas para insectos que resultan excelentes.
Ahora que ya sabemos como es la presencia de la carpocapsa, es importante reforzar esfuerzos cada temporada que permita facilitar la siguiente para evitar su presencia a toda costa. Y recuerda que el mantener el equilibrio natural es el principal aliado para el control ecológico de plagas.