En cualquier diseño de jardín existen varios elementos que se deben tener en cuenta para la plantación y sus flores. Así que dentro de ellos está uno que sobresale y es la tonalidad. Por ello, habría que conocer el uso del color en la jardinería.
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Los colores básicos
Verde
El verde es un tono que predomina en el jardín. Suele estar como fondo en el suelo.
Además, es fresco y reconfortante, siendo de los primeros en decaer al llegar la noche.
Entre sus variedades suele haber fríos o menos flexibles, pero sin duda da profundidad y crea ambientes sombríos.
Azul
Es un color que es de los últimos en abandonar el espectro y al anochecer es el que ocupa el crepúsculo de la mejor forma.
La mayoría de los azules suelen pasar desapercibidos en el jardín.
Naranja
El naranja es cálido cerca del rojo, por lo que puede emplearse para destacar en una plantación, o bien, para crear contraste de color.
Morado
El morado da la sensación de opulencia, siendo una combinación de azul y rojo muy intensa.
Rojo
El rojo es un color muy potente, por lo que a veces es complicado de usar debido a esa fuerza que emana.
Casi siempre está presente en los jardines e incluso hojas caídas, cortezas y tierra.
Blanco
El blanco aporta luz en el jardín. Es el último tono en decaer cuando llega la noche, aporta calma y sobriedad e incluso ilumina las zonas sombrías.
Amarillo
El amarillo se emplea poco, ya que reacciona de forma agresiva con otros colores, sobre todo aquellos que son fríos. Ahora bien, si se mezcla con tonos cálidos funciona mejor.
Es un color alegre que puede transmitir felicidad al jardín.
Así que las combinaciones de color pueden ser un buen ejemplo para explotar el jardín de la mejor forma.
Por tanto deja volar su imaginación y crear un jardín con tonalidades e intensidades que expresen aquello que deseas.