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La cypella es una hermosa flor de aspecto exótico que se abre en una inusual forma. Aunque es una especie poco conocida y fácil de cultivar, es una auténtica guerrera en el jardín. Así que para adentrarnos más en el tema, vayamos a conocer las características y cuidados de la planta cypella.
Características de la planta

Cypella es un género de plantas con flores de la familia del iris, que destaca por sus elegantes hojas en forma de espada y sus llamativas flores en forma de embudo. Originaria de Sudamérica, estas plantas prosperan en ambientes abiertos y soleados.
Sus vibrantes flores, que se presentan principalmente en tonos de amarillo a azul, se sostienen sobre tallos delgados, lo que realza su atractivo visual y facilita la polinización.
Paso a paso para plantar cypella
Para plantar la cypella, seleccionar un suelo bien drenado y optar por un lugar soleado para promover un crecimiento saludable. Estas plantas prefieren condiciones de humedad constante, pero no toleran suelos encharcados.

- Comenzar por aflojar el suelo e incorporar materia orgánica para mejorar el drenaje y la fertilidad.
- Plantar los bulbos a una profundidad tres veces mayor que su altura, con una separación de 10 a 15 cm.
- Regar profusamente después de plantar.
- Durante la temporada de crecimiento, mantener la humedad sin regar en exceso y asegurar una buena circulación de aire para evitar que existan problemas de hongos.
Cuidados básicos para la planta Cypella
La cypella es una planta fácil de cultivar. Así que con un par de cuidados podrá prosperar de la mejor forma.
Luz. La cypella prospera con luz indirecta brillante durante unas 6 a 8 horas al día. Evitar el sol directo del mediodía para evitar que las hojas se quemen. La luz de la mañana o al final de la tarde es ideal. No requiere una calidad de luz especial, pero es mejor que sea equilibrada para promover un crecimiento saludable.

Suelo. Se necesita un suelo promedio, arenoso y bien drenado, ya que son intolerantes a las condiciones anegadas.
Riego. El riego debe ser regular durante la temporada de crecimiento para permitir que el suelo se seque entre los riegos.
Inactividad. Las plantas quedan inactivas en invierno si se retiene el agua, especialmente en climas más fríos, y se pueden mover a fines de otoño a mediados de invierno para trasplante.
Fertilizante. La mayoría de las tierras para tiestos contienen nutrientes que las plantas utilizan para producir un crecimiento nuevo. Para cuando la planta haya agotado los nutrientes en el suelo, es probable que haya crecido lo suficiente como para necesitar de todos modos una maceta más grande. Para reponer los nutrientes de esta planta, trasplantar la cypella después de que duplique su tamaño, o bien, una vez al año, lo que ocurra primero.
Propagación. Los principales métodos de propagación de la cypella incluyen la siembra de semillas después de la última helada, la división en primavera u otoño y los esquejes. El éxito de la propagación depende de la luz, que debe ser brillante pero indirecta, temperaturas cálidas y un suelo con buen drenaje. La humedad puede ser crítica para algunos métodos. El proceso es moderadamente difícil debido a la posible pudrición de la raíz sin un drenaje adecuado y a la naturaleza delicada de los cormos de la planta.
Para propagar elegir un método:

- Para las semillas: sembrar a principios de la primavera.
- Para la división: separar los cormos con cuidado.
- Para los esquejes: tomarlos en primavera o verano.
- Plantar en un suelo apropiado
- Mantener la humedad adecuada sin encharcar.
- Asegurar un ambiente cálido y húmedo.
- Permitir el crecimiento antes del trasplante.
Toxicidad. No se ha demostrado que la cypella cause daño a humanos ni mascotas.
La cypella es una planta bulbosa con flores similares a las del lirio, con una belleza única y peculiar.
Así que si tienes la oportunidad de disfrutar de una planta bulbosa en el jardín, recuerda que la cypella puede ser una gran opción.




