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La hierba de San Juan, conocida por su nombre botánico Hypericum, comprende aproximadamente 400 especies de plantas herbáceas y arbustos, de hoja caduca o perenne, todas originarias de las regiones de clima medio del hemisferio norte. Son plantas populares porque poseen una floración abundante y espectacular, de larga duración, por lo que pueden ser extremadamente tapizantes.
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La hierba de San Juan es rústica y fácil de cultivar; solamente basta con situarla en terrenos sanos, y en una situación soleada para las especies enanas; mientras que las arbustivas prefieren situaciones más sombrías.
Sus hojas pueden ser opuestas, caducas, simples o perennes, verdes por el haz y verdemar en el envés. Su floración es siempre de color amarillo y posee lugar a lo largo de todo el verano. La flor puede presentarse reunida en cimas terminales o axilares o solitaria. La misma cuenta con cinco pétalos y cinco sépalos y varios estambres. La hierba de San Juan suele utilizarse para cubrir el suelo en taludes, rocallas y arriates herbáceos.
Cuidados de la hierba de San Juan
La hierba de San Juan es una planta rústica que se adapta a cualquier tipo de suelo, climatología y emplazamiento, aunque durante el invierno, y si este es muy vigoroso, puede tener una vida un poco más limitada. Para que produzca una vegetación exuberante y resistente es preciso efectuar una poda severa en primavera. Se aconseja plantar la mayor parte de las especies de la hierba de San Juan en otoño o primavera.
Propagación y problemas
La reproducción de la hierba de San Juan se realiza a través de esquejes. Hay dos maneras de efectuarlos de acuerdo la especie que desees multiplicar. Para las especies enanas, tendrás que obtener esquejes de los brotes que surgen en la base de las plantas con una longitud de 5 cm, mientras que para las especies de mayor desarrollo, tendrás que sacar brotes laterales no floríferos de 12 cm de largo.
Estos se plantan en un sustrato formado a partes iguales por arena y turba en cama fría, y cuando hayan enraizado se trasplanta a macetas individuales. La mejor época para efectuar los esquejes de las especies enanas es en invierno y en primavera, y para las de mayor desarrollo, solamente en verano.