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La Grevillea es una planta siempre verde y, a pesar, de que en su hábitat natural alguna puede llegar a crecer hasta 24 m o más, una cuidadosa poda transformar a tu planta en un árbol en miniatura, o bien, en un arbusto apropiado para el interior del hogar. Existen aproximadamente 200 especies diferentes de la familia, todas originarias de Nueva Zelanda y Australia.
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A pesar de su origen, es muy fácil de cultivar en otros sitios; ama la sombra y tolera temperaturas variables. Generalmente, se cultivan por su follaje. Las hojas de la familia Proteaceae son parecidas a las del helecho y alcanzan unos 45 cm de largo y son muy suaves al tacto. Pocas veces florecen las plantan de interior, pero cuando lo hacen desarrollan flores decorativas de color dorado. La Grevillea es realmente muy sencilla de cuidar y da pocos problemas.
Cuidados de la Grevillea en primavera-verano
Trasplántalas anualmente en primavera, haciendo uso de un compost sin cal. Si deseas que se desarrolle más, planta en una maceta grande. Para controlar la forma y el tamaño, pódala cuidadosamente luego del trasplante, antes de que comience la temporada de crecimiento. En verano, la gravillea prefiere lugares con mucha luz, pero alejada de los rayos directos del sol, a una temperatura de 21 °C.
Riégala abundantemente en primavera y verano, de manera que el compost se mantenga húmedo pero no saturado de agua, y dejando que se seque entre riego y riesgo. Cada cuatro semanas, añade unas gotas de fertilizante líquido al agua. Rocíala solamente cuando haga mucho calor.
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Cuidados de la Grevillea en otoño e invierno y modo de propagación
Disminuye la cantidad de agua en otoño, proporcionándole solamente lo necesario para que el compost se mantenga húmedo. Mantenla en un lugar iluminado, pero protegido del sol directo y de las corrientes de aire frío. Las temperaturas invernales tendrían que oscilar entre los 7 y los 13 °C.
En cuanto al modo de propagación, en primavera, corta esquejes de los brotes jóvenes, de tal modo que solo una pequeña parte del tallo leñoso quede adherida a la base del esqueje. Trátalos con hormonas de enraizamiento y plántalos en un compost sin cal. Cúbrelos con un propagador y mantenlos a una temperatura de 21 °C.