Como crear un huerto urbano en tu casa para recoger tu propia cosecha
Un huerto es un terreno de corta extensión, generalmente cercado, en el que se plantan verduras, legumbres y a veces árboles frutales. Esta es la definición del diccionario, que encaja en las exigencias de un huerto urbano y su espacio reducido y bien delimitado. Pero tener un huerto a mano en plena ciudad es mucho más que eso: es un privilegio, sobre todo si el cultivo es biológico. Y es más fácil de lo que se cree.
Hay muchos motivos para crear un huerto en casa aunque se viva en una ciudad, o precisamente por eso: el ocio verde ya es de por sí un aliciente, dar un toque de color a un entorno gris asfalto siempre viene bien. Pero seamos prácticos: alternar las plantas ornamentales con verduras y hortalizas aporta beneficios muy concretos, como una cocina llena de productos orgánicos; el ahorro es considerable y sorprenderá cómo cambia el sabor de una verdura o una hortaliza que va directamente de la terraza a la mesa, sin pasar semanas en una cámara frigorífica. Esto es posible si el huerto urbano además sigue las pautas del cultivo biológico.
El cultivo biológico es más fácil en un huerto urbano y permite consumir productos orgánicos de cosecha propia.
¿En qué consiste? “El punto de partida es no utilizar productos químicos de síntesis en ninguna fase del cultivo”, dicen en la asociación Germinando. El siguiente paso es “imitar los procesos naturales que favorecen la productividad y la salud de nuestros cultivos, como planificar las rotaciones y las asociaciones de cultivo”, apunta Cristina Ruiz, una de las responsables de esa asociación.
Pero en el caso de un huerto urbano la tarea es mucho más sencilla: el cultivo en contenedores permite renovar los sustratos y mover las plantaciones para encontrar su ubicación ideal, sin más complicaciones. Además, por su tamaño, es mucho más fácil controlar las plagas y enfermedades sin recurrir a productos químicos.
Dónde, cómo y qué plantar
No hace falta mucho espacio para tener un huerto urbano. En los maceteros de la terraza o el balcón se pueden cultivar verduras y hortalizas, incluso en el alféizar de una ventana, aunque en ese caso hay que elegir las que ocupan menos espacio, como las aromáticas.
El requisito principal para empezar a cultivar es la luz, “como mínimo seis horas al día de luz directa, imprescindible para las hortalizas”, indica Cristina Ruiz, “y agua accesible” porque las plantas cultivadas en maceta necesitan riegos más frecuentes que esas mismas especies cultivadas en la tierra. Si la terraza o el patio no reciben tantas horas sol se pueden cultivar espinacas, fresas o perejil.
En cuanto a los sustratos “hay mucha variedad en el mercado, pero el más orgánico es el mantillo para contenedores y el humus de lombriz, que es un abono natural excelente y mejora la estructura del suelo”. Además, “se puede añadir arena de río para mejorar el drenaje de la mezcla, aunque en los centros de jardinería se pueden encuentrar muchas combinaciones posibles”, recomienda la experta.
Respecto a los contenedores, si hay espacio, las mesas de cultivo (bandejas elevadas) y los sacos son la mejor opción; en lugares más reducidos habrá que optar por jardineras y macetas, mejor si son profundas.
Y ahora, ¿qué se puede plantar? Cebollas, ajos, lechugas, rábanos, tomates, berenjenas, nabos, coles, acelgas, escarolas y remolachas de mesa… dan muy buenos resultados y garantizan una despensa bien surtida. Sin olvidar las delicadas fresas y plantas aromáticas como la menta y la hierbabuena, el perejil, el romero, la salvia, el tomillo, el orégano…
CULTIVOS MUY FÁCILES
Cebolla (Allium cepa)
• Exigencias: Debe eliminarse la espiga floral en cuanto asome.
• Plantación: A finales del invierno o del verano; los plantones se plantan con unos 15 centímetros de separación.
• Recolección: Los bulbos tiernos, a los 2 meses; los secos (gruesos), a los 3 o 4 meses.
Rúcula (Eruca sativa)
• Exigencias: Temperaturas suaves.
• Siembra: Desde principios de la primavera hasta el otoño.
• Recolección: De 4 a 6 semanas después de la siembra.
Rábano (Raphanus sativus)
• Exigencias: Después de germinar, se deben eliminar algunas plantas hasta dejar unos 5 centímetros de separación entre ellas.
• Siembra: Si se siembra una hilera cada 10 días se puede obtener una cosecha continuada durante la primavera y el verano.
• Recolección: A partir de 4 semanas después de la siembra.
CULTIVOS MUY PRODUCTIVOS
Pepino (Cucumis sativus)
• Exigencias: Temperaturas cálidas, bastante espacio y tutores.
• Siembra: En primavera, a 35 centímetros de distancia unas de otras; entre la siembra y la plantación pasan unos 30 días.
• Recolección: Unos 60 días después de la plantación, cuando aún está inmaduro, verde; la cosecha continúa todo el verano.
Calabacín (Cucurbita pepo)
• Exigencias: Mucho espacio y temperaturas cálidas. Hasta 80 litros de sustrato por mata. Es exigente con el agua y el abono.
• Plantación: En primavera, al menos dos ejemplares para la polinización. Cultivar aislado, en macetón profundo, o con 50 centímetros de separación si es en hilera.
• Recolección: Todo el verano. Los frutos crecen con rapidez y hay que recolectarlos en cuanto se forman.
Berenjena (Solanum melangena)
• Exigencias: Es la hortaliza que requiere más sol y calor.
• Plantación: En primavera, en un contenedor profundo.
• Recolección: Dos meses después de plantar; dura todo el verano. Una mata puede dar hasta 10 kilos de berenjenas.
CULTIVOS PARA ESPACIOS MINI
Zanahorias (Daucus carota)
• Exigencias: Temperaturas suaves, aunque admiten heladas ligeras.
• Siembra: Siempre, no toleran el trasplante. Tras la siembra, eliminar las plántulas más débiles y dejar 8 centímetros de separación.
• Recolección: Noventa días después de la siembra; las variedades de ciclo corto, 75 días después.
Canónigos (Valerianella rocusta)
• Exigencias: Necesitan temperaturas suaves y estar bien regados.
• Siembra: Directa a finales del verano, a voleo o en hileras; después se aclaran dejando unos 10 centímetros entre plantas. Las semillas deben ponerse a remojo antes de sembrarlas.
• Recolección: Un mes y medio después de sembrar; puede durar hasta la primavera. Con el calor florecen y dejan de ser aptos para el consumo.
Espinacas (Spinacia oleracea)
• Exigencias: Temperaturas suaves.
• Siembra: En agosto o septiembre para la cosecha de invierno; a finales de invierno para la cosecha de primavera. Se siembran grupos de 3-4 semillas a 20 centímetros de distancia. También se planta.
• Recolección: Cuarenta días después de la siembra; se hace de forma progresiva, cortando las hojas más grandes.
APROVECHAR LOS RINCONES
En un huerto urbano se pueden aprovechar incluso los rincones. Son, además, los lugares perfectos para un macetón con berenjenas (Solanum melangena), calabacines (Cucurbita pepo), fresas (Fragaria ssp.) o menta (Mentha x piperita). Se trata de especies muy invasivas que necesitan mucho espacio. Lo mejor es tenerlas confinadas en una maceta de buen tamaño, y si son profundas, mucho mejor.
CONTRA LA PARED
Otra forma de aprovechar el espacio de una terraza es cultivar ejemplares trepadores, como las judías verdes (Phaseolus vulgaris) o los guisantes (Pisum sativum). Crecen con rapidez cubriendo rejas y soportes. Pueden sembrarse directamente en primavera, cuando ha pasado el riesgo de heladas, y la cosecha se prolonga todo el verano. Para que las judías sean tiernas hay que recolectarlas cuando las vainas alcanzan unos 15 centímetros.
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