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Pocas son las especies que aportan mucho con un mínimo cuidado como lo son las plantas bulbosas. Así que si se planta de manera correcta y en la época adecuada, van a proporcionar un toque único al lugar donde se le coloque. Por ello, es mejor ir a la segura y conocer el cultivo de las mismas en interior y exterior.
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Las plantas bulbosas
Las plantas bulbosas puede ser atractivas en lugares despejados o entre arbustos. Muchas de ellas resultan excelentes en jardines rocosos, patios pequeños, en pequeñas orillas, entre losas del pavimento, así como en macetas o tiestos. Algunas gozan de una gran adaptación y ellas producen nuevas variedades. Mientras que otras menos conocidas poseen gran belleza.
Plantas bulbosas de interior
La plantas bulbosas que crecen fuertes son los tulipanes dobles, los tragopanes, los jacintos, las azucenas, el lirio del valle o los azafranes. Las variedades más pequeñas resisten el calor, pero es mejor cultivarlas en frío, por lo cual es necesario plantar en macetas con una mezcla arenosa y tener en un lugar frío o invernadero.
Ahora que si se precisan exhibiciones tempranas, lo conveniente es comprar plantas especiales para ello. Estas se someten a cambios bruscos de temperatura, por lo que su costo es elevado.
Existen varios métodos de cultivo, siendo la fibra de bulbo la mezcla más común y limpia. Algunos Azafranes y Narcissis pueden cultivarse sobre globos de cristal o guijarros. Los Jacintos crecen bien sobre bolas de papel previamente mojadas, mientras que los Tragopanes y tulipanes en una mezcla de tierra ligera.
Ahora bien, si se usa fibra de bulbo, es necesario mojarla y llenar los recipientes hasta la mitad. Luego poner los bulbos juntos, pero sin tocarse. Se tienen que asomar los cuellos de los Jacintos, Narcissi y Amarylis, pero los demás tipos deben estar completamente cubiertos.
Envolver los recipientes con una lámina de plástico negro y colocar al aire libre. Cubrir con 12 cm de arena, cenizas, hojas y dejar así 8 semanas. Transcurrido el tiempo hay que sacarlos (las macetas deberán estar llenas de raíces y brotes de 2.5 cm de altura). Para lograr un buen efecto, espolvorear en la parte superior semillas de hierba. Riega cuando sea necesario y al cabo de semanas, las hojas se alargarán y aparecerán capullos de flor. Es justo el momento de pasarlos a un cuarto a una temperatura que ronde los 18˚C para que terminen de florecer. Para entonces las semillas que se han colocado, ya habrán prendido y podrán dar un hermoso fondo verde para los bulbos.
Plantas bulbosas de exterior
La mayoría de las plantas de exterior se plantan a finales del verano o comienzo del otoño. Aunque hay ciertas excepciones como la Fritillaria imperialis, Lilium candidum o Crocus speciosus, que requieren ser plantadas a mediados de la primavera. Mientras que los tulipanes es mejor esperar hasta finales del otoño o comienzos del invierno.
Es necesario elegir un lugar soleado y despejado y, usar bulbos de calidad. Aunque ciertas especies como las Campanillas de invierno y los Narcissis pueden llegar a crecer en condiciones de abandono. En cuanto a la tierra, esta deberá ser rica y bien drenada para que puedan prosperar. Los Tulipanes y los Jacintos agradecen el estiércol, pero este debe ser viejo. Habría que cavar de 20 a 25 cm para que las raíces puedan moverse con facilidad y cada nueva temporada esparcir un abono de harina de huesos sobre los lechos de tierra sin renovar.
Es mejor plantar con una llana. La base de la planta debe descansar en la tierra del fondo. La mejor profundidad para plantar va a variar, según el tipo de bulbo y el tipo de tierra. Aunque como regla general, resulta ideal plantar a una profundidad de 2 a 3 veces la altura de bulbo y usar tierra ligera.
Las plantas bulbosas se pueden emplear en macetas, jardines pantanosos y otros recipientes en lechos alzados con el fin de crear efectos naturales entre arbustos y plantarlas donde den un toque único.
Después de florecer, las plantas bulbosas que se ubiquen en terrones de tierra pueden dejarse morir de forma natural. Pero las cultivadas en tiestos deben dar lugar a otras plantas. Para ello, habría que sacarlas y plantarlas, regarlas y dejarlas morir. No cortar su follaje, ya que las hojas son necesarias para que suministren el alimento. Ahora bien, cuando las hojas se marchitan, sacar y limpiar los bulbos, guardarlos en un lugar frío y seco hasta que llegue el momento de plantarlos de nuevo. Aunque la segunda temporada no va a resultar tan buena, las flores serán excelentes con mezclas o como flor cortada.
Problemas a considerar en su cultivo
En zonas frías o lluviosas, los bulbos corren el riesgo de estropearse si se dejan en la tierra. Así que habría que desenterrarlos con cuidado. Limpiar el resto de tierra con un cepillo y quitar las hojas secas. Los que tengan mal estado, desecharlos. Los que tengan buen aspecto, dejar secar al aire sobre un papel absorbente sin que queden juntos.
En lo que respecta a las plagas que atacan las plantas bulbosas se encuentran los trips, las arañas rojas, los pulgones, y las moscas blancas que se pueden combatir con un insecticida adecuado. Los caracoles y las babosas devoran las hojas, por lo que en este caso, lo ideal es esparcir sobre el suelo un producto antilimacos.
buen artículo, gracias.