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Los arces son árboles que debido a sus características proveen una sombra espectacular. Por lo que se han convertido en la especie por elección de jardineros para decorar espacios verdes, jardines o terrazas.
El valor ornamental es tan elevado que se ha vuelto todo terreno, por lo que también los arces se cultivan en maceta. Y aunque sus cuidados específicos son muy fáciles, más vale saber bien todo el proceso para asegurar su bienestar.
Características del arce
El género Acer pertenece a la familia Sapindaceae. Existen más de 160 especies reconocidas y todas ellas originarias del hemisferio norte, excepto algunas que crecen al norte de África. Pero sin duda, las características del arce lo hacen único y es uno de los árboles más escogidos.
La mayoría son caducifolios, de hojas opuestas, con forma palmatilobada en casi todos los casos. Aunque también puede ser pinnadas compuestas, pinnadas avetadas y sin lóbulos.
Las flores se agrupan en racimos, corimbos o umbelas. El fruto es una bi-sámara, esto quiere decir que son dos sámaras unidas por el extremo de las semillas. Florece a finales del invierno y comienzo de la primavera. Además, sus flores son atractivas para las abejas ya que son una fuente de polen y néctar.
Cuidados del árbol arce
Los cuidados del árbol arce son fáciles, ya que esta especie cuenta con una excelente capacidad de adaptación. La mayoría crece en suelos ácidos o ligeramente ácidos. Además, requieren tierras ricas en materia orgánica con un buen drenaje para su desarrollo.
Los arces son especies que han de estar al exterior, ya que es preciso que sientan el paso de las estaciones. Pero si se quiere tener en maceta o tiesto, habría que rellenar con sustrato para plantas ácidas.
No son capaces de resistir la sequía. En el verano y dependiendo el clima, pueden requerir de 3 a 4 riegos semanales. Mientras que el resto del año, 2 a la semana. Pero si se tiene duda, habría que comprobar la humedad de la tierra, ya que el exceso podría resultar perjudicial.
Durante los meses cálidos, es necesario abonar con abonos orgánicos como el mantillo y el guano.
Trasplante y poda de los arces
No necesitan de poda, pero se le puede quitar las ramas secas, débiles o enfermas a finales del invierno. En la primavera, cuando el riesgo de heladas ha pasado, se puede trasplantar. Ahora que si se tiene en maceta, habría que trasplantarla cada 2 o 3 años para que pueda desarrollarse de manera adecuada.
Los arces se multiplican por medio de semillas en el otoño-invierno, acodo en la primavera-verano y esquejes a principios de la primavera.
La mayoría de estas especies resisten las heladas de hasta -18 °C, pero pueden vivir en climas cálidos. Y es que necesitan como mínimo que la temperatura baje de los 0° en el invierno para que tengan un color otoñal único.
Dentro de las posibles plagas en arces, las más comunes son los ácaros, las cochinillas, los pulgones y los barrenadores. Por lo que habría que prestar atención a su presencia y actuar cuanto antes para evitar que el árbol enferme.
Teniendo en cuenta los cuidados necesarios para mantener los arces en buenas condiciones, ya solo tendrás que disfrutar de su increíble atractivo. Incluso puedes apostar por más árboles cuyas hojas cambian de color para armonizar tu jardín.